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Tomás García

Árboles singulares del Parque de María Luisa

El Parque es en sí mismo un abigarrado jardín botánico con unos 5.000 árboles de 93 especies

22 de julio 2023 - 00:45

El histórico Parque de María Luisa, que integra buena parte de los jardines del antiguo Palacio de San Telmo de los duques de Montpensier, nos invita a visitar aquellos árboles que han sido recogidos en el Catálogo de Árboles Singulares de Sevilla. Comenzamos el recorrido en la mítica Glorieta de Bécquer, enclave donde el jardinero de palacio André Lecolant plantaría hacia 1860 un ciprés de los pantanos (Taxodium distichum), hermosa conífera caducifolia que presenta un perímetro medio de cinco metros, treinta y tres de altura y un imponente porte piramidal con ramificaciones tipo candelabro; este falso ciprés preside la artística glorieta junto a un grupo escultórico que sublima los ciclos del amor melancólico, sufriente y de exaltación pasional. Continuando en dirección sur y atravesando la avenida Rodríguez Caso llegamos a la tupida Glorieta de Juanita Reina, llamada antes de Yeguas por el pabellón erigido en el lugar por los duques para la exposición de ganado equino selecto; interesante desde el punto de vista botánico, mantiene un grandioso plátano de sombra (Platanus hispanica) en su centro, cuya plantación se remonta a la segunda mitad del siglo XIX, mostrando unos cinco metros de perímetro y una altura de veinticinco. Proseguimos la ruta por la columna vertebral norte-sur del Parque y pasamos junto al Estanque de los Patos –donde se ubica otro majestuoso ciprés de los pantanos–, la Fuente de las Ranas, la Fuente de los Leones y arribamos al Monte Gurugú, en el cual se yergue un excelso pino piñonero (Pinus pinea) de veinticinco metros y más de ciento cincuenta años.

Seguimos caminando a la izquierda del Monte Gurugú y accedemos al poco a la Glorieta de los Hermanos Machado, construida en 1931, donde resalta una hermosa fuente de mármol rosa sobre un sugestivo mosaico, tres bancos marmóreos con respaldos de hierro y anaqueles para albergar libros; el contorno exhibe diversas plantas trepadoras y tres magníficas araucarias australianas (Araucaria bidwillii) que abrazan la plazuela con sus espléndidas ramas y “piñas” globosas de unos treinta centímetros, aunque un vetusto cartel indique erróneamente una especie diferente de araucaria... Por último, a escasa distancia, entramos en la Plaza de América para contemplar la maravillosa imagen ofrecida por treinta y ocho árboles del amor (Cercis siliquastrum), herederos de los plantados en 1940, que nos deslumbran en la primavera temprana con sus insinuantes flores rosadas y más tarde con sus decadentes frutos tipo legumbre.

Los dos cipreses de los pantanos, el plátano de sombra, el pino y los dos grupos descritos son los únicos ejemplares del Parque de María Luisa que obtienen en dicho catálogo el nivel preeminente de árbol singular. Pocos parecen, pues nuestro romántico Jardín de Jardines es en sí mismo un abigarrado jardín botánico con unos cinco mil árboles de noventa y tres especies que embellecen, oxigenan y ennoblecen el patrimonio histórico-artístico de Sevilla.

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