Juan Cartaya

Artículos de fe

Cánovas pergeñó la imprecisa idea de Austrias mayores y Austrias menores

27 de enero 2023 - 01:47

La Historia, tal y como hoy la estudiamos, está en buena parte compuesta por artículos de fe. Estos se remontan en muchos casos a las maratonianas producciones de historiadores como el palentino Modesto Lafuente (1806-1866), que reinterpretó la Historia de España desde un prisma liberal: toda una novedad para entonces, ya que casi sólo campeaba por los yermos lares de la historiografía hispánica la Historia General de España, del jesuita Juan de Mariana (1536-1624).

También la iconografía romántica tiene mucho que decir sobre ello: la imagen de Juana la Loca que todos tenemos en mente obedece a la representada por Francisco Pradilla en 1877, en vez de la que sin duda es más veraz, y que se encuentra hoy en los fondos del museo Thyssen Bornemisza de Madrid (realizada quizá por Juan de Flandes ca. 1496). ¿Y qué decir del Descubrimiento de América? En nuestra retina está impresa la obra de Dióscoro Teófilo Puebla pintada en 1862, en la que aparece, a la izquierda del gran lienzo y en medio de un batiburrillo de estandartes, descubridores, marineros e indios, un fraile franciscano en plena labor, aunque el primer miembro de dicha congregación minorita no arribara al nuevo mundo hasta un año después: en concreto, dos legos franceses que llegaron en el segundo viaje de Colón. Pero esa imagen ya es un artículo de fe.

Es decir, que en no pocas ocasiones nuestra visión histórica se ve condicionada por constructos visuales, ideológicos, legales (de esto último estamos teniendo actualmente una espesa experiencia), que obedecen a la idealización, el desconocimiento o el interés. ¿Quién no tendrá presentes las argucias desarrolladas por el impagable Próspero Bofarull, director ya en 1814 del Archivo de la Corona de Aragón, que destruyó y alteró todos aquellos documentos que no decían lo que él quería? ¡Cuánto le debe el independentismo actual…!

Pero volvamos a los mitos del liberalismo, pensamiento hegemónico -con sus vaivenes entre moderados y progresistas- a lo largo del siglo XIX español: Cánovas, conservador en su madurez -y de quien soy por cierto lejano pariente con gran orgullo-, pergeñó la imprecisa idea de Austrias mayores y Austrias menores; y el propio Lafuente elevó a los altares de la veneración laica al hoy, como poco, controvertido Rafael del Riego, cuyo golpe de Estado militar proclamado en Las Cabezas en 1820 -uno de los muchos pronunciamientos liberales militares del siglo- se suaviza en no pocas ocasiones con la denominación de alzamiento. ¿Alzamiento? ¿A qué les suena? La bondad de su levantamiento es hoy un artículo de fe. Sin embargo, este bloqueó el envío de tropas a América en un momento en el cual eran más que necesarias: ¿qué habría pasado si las tropas que aguardaban en marzo de 1820 en el depósito de Ultramar de Cádiz hubieran realizado su travesía? Pero ahí tenemos otro artículo de fe. Otro más. Y digo yo: ¿no sería ya el momento de comenzar a aplicar al estudio de la Historia la razón y no solo la fe?

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