Juan Luis Pavón

Bob Esponja, alabí, alabá

PASA LA VIDA

06 de enero 2011 - 01:00

POR aclamación. El alcalde de Sevilla del 5 y del 6 de enero se llama Bob Esponja. En las cabalgatas y en la mesa de los regalos. Vivamos con gozo el tiempo de tregua que protagonizan los niños y en el que nos regalan tantas sensaciones y complicidades que hemos de mantener bien carburadas durante los demás días del año. Mañana, sin ir más lejos, cuando vuelvan al colegio y en los centros públicos de enseñanza el absentismo del personal municipal de limpieza alcanza el 25%. Retorcido mundo el de los adultos que siempre tienen a mano un pretexto para dar mal ejemplo allí donde los niños son una esponja de modas y conductas.

El matrimonio de Don Dragado y Doña Esclusa es un cachondeo que se celebrará con los arroceros lanzando puñados de ídem en la puerta de los juzgados. El Genil y el Argamasilla son una pareja de hecho que en Écija ha puesto en ridículo a toda la cabalgata de autoridades por el mal estado de las defensas o por su inexistencia. El acondicionamiento lúdico del cauce del Guadaíra al lado de Bellavista es un puñado de millones de euros malgastados porque está concebido como si el río fuera un estanque de parque que nunca creciera con las lluvias y no se llevara por delante lo que ponen a su altura. Ay, si Bob Esponja fuera nuestro alcalde, estas cosas no ocurrirían.

Pongámonos hoy a las órdenes de Bob Esponja y su pandilla (Patricio Estrella, Calamardo, Arenita Mejillas,...), o a la de Woody el sheriff, Buzz Lightyear y demás criaturas de Toy Story. El rito es lo primero y resolvamos sus encontronazos con la inocencia que se merecen. Cogerían una depresión de las gordas si descubren antes de lo deseable cómo es el mundo de las elecciones de magos por parte del Ateneo, y cómo es la política de campañas de propaganda con la que Monteseirín se despide sin rubor justo cuando más austero se debería comportar como administrador del escaso dinero y mucha deuda que le regala a los sevillanos para los próximos años.

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