Juan Manuel Marqués Perales

Gotas

Crónica levantisca

05 de enero 2014 - 01:00

GOTAS de aguas de Almería encuentran el mar aquí, entre Bajo de Guía y la Punta del Malandar, un haz de arroyos, afluentes, riachuelos, gargantas y albinas confluye en este paso, salieron de Sierra María, Cazorla, Sierra Nevada, Sierra Morena, y bajaron por esta hendidura orográfica que va de levante a occidente, el valle del Guadalquivir, que también lo es del Genil, el brazo oriental de Andalucía. En el vuelo de Sevilla a Almería se aprendía la otra geografía andaluza, no la que se trazó de sur a norte, sino la del río, la que lleva desde los campos de Carmona a Cabo de Gata. A un lado, las Béticas, Málaga, el Estrecho, África, el Torcal; del otro, la lejana Sierra Morena, se pasa justo por encima del Mulhacén. El avión que dejará de cruzar Andalucía sobre este eje desde el 15 de enero era una forma complementaria de tejer a una comunidad heterogénea, pero conjuntada. No se sabe si por el río o por la Historia. La manida dialéctica entre el Gobierno central y la Junta arroja poca luz sobre el culpable de esta suspensión; a Madrid le importó poco esta línea, la verdad, y en el fondo, por lo bajini, te lo cuentan: es que no es rentable. Claro, por eso era una línea de servicio público, como la de las islas. Pero Almería no es una ínsula, es uno de los polos del eje mediterráneo. Tiene su propia salida, y lo del río se escribió en el aire.

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