ITALIA, la vecina de al lado, en los titulares. Y otro vuelco al corazón. Las cifras que nadie se cree. Esas cifras que quedan obsoletas por minutos. Los titulares en Internet son prudentes. Hablan de doce muertos, pero se presagia lo peor. Hay que esperar a la medianoche del Lunes Santo para que las ediciones de los medios impresos oficialicen el número de fallecidos y de damnificados. Lo escrito, escrito queda, va a misa. Mientras que las cifras que se manejan en los titulares de la red se encogen y se estiran con facilidad. Pero ni por esas. El balance que a medianoche dan como bueno los periódicos tampoco es válido, y esas 150 víctimas de las que hablan se elevan hasta 172 cuando volvemos a consultar en los diarios digitales a mediodía del Marte Santo. Y 70.000 personas sin hogar. Una gran tragedia en toda regla. Al lado de casa. Como siempre sucede en estos casos, algunas de las imágenes resultan obscenas. La que más la de ese hombre desnudo que sale de los escombros. Y se abraza a otros. Y llora. Es un superviviente, y hoy por hoy, un héroe anónimo. Pero la mostración de su desnudez podía haberse evitado. Escuchando las crónicas de todos los medios encuentro una heroína particular. Se llama Marisa Rodríguez Palop, y es la corresponsal en Roma de TVE. Lo hace bien, francamente bien. Pone el alma en lo que cuenta. No se erige en protagonista de la noticia, pero la personaliza y dota de verosimilitud. Te acerca el suceso, te hace viajar al epicentro de la tragedia, eludiendo en buena medida esos tópicos de los que es tan difícil sustraerse. Marisa se curtió en los Telediarios durante varios años siguiendo al ex presidente Aznar. A estas alturas se ha forjado como una periodista de raza. Y durante estos días nos va a seguir acercando más a esa Italia que hoy llevamos tan clavada.