La aldaba

Carlos Navarro Antolín

cnavarro@diariodesevilla.es

Mi Juan no puede hacer un mal negocio

Tendría narices que el alcalde de Sevilla dejara el cargo para que el PSOE lo pierda y encima ni se aproximara a San Telmo

Juan Espadas

Juan Espadas / M. G. (Sevilla)

Nadie entendería que mi Juan (Espadas) dejara la Alcaldía de Sevilla, que la va a dejar más pronto que tarde, para que el PSOE la perdiera en las próximas elecciones municipales en mayo de 2023.Si a eso le suman que el CIS de Bendodo (Elías, Elías, un santo sin cofradía) vaticina que los socialistas tardarán en recuperar el poder en Andalucía, el caso es que pintan bastos para el partido del puño y la rosa, donde se busca cabra con urgencia que gane las elecciones. Mal negocio habría hecho Espadas si al final se ha sacrificado como alcalde para perder la plaza de Sevilla y ni aproximarse al Palacio de San Telmo. Como uno tiene claro que tontos no quedan, por mucho que haya tontucios (que los hay), tengo claro que el PSOE de Sevilla tendrá que reaccionar para retener la principal Alcaldía que tiene España, a no ser que quiera reducir su fuerza municipal al tío de las luces de Navidad, el que anda por Vigo inaugurando las pascuas en los telediarios de agosto. Como el PSOE pierda Sevilla y mi Juan more por las Cinco Llagas en la oposición, solo le quedará el éxito relativo de haber orillado a Susana Díaz, que anda haciendo caja en el Senado y en las tertulias televisivas, donde al menos hay que reconocerle cierta originalidad, porque no dice cada tres minutos eso que afirman los tertulianos de las cadenas públicas: “Suscribo lo que acaba de decir mi compañero”.

El buenismo no existe solo en la política, sino en el periodismo, donde cada día tiene más éxito el pescadito en blanco, el no te vayas a mojar porque vas a parecer problemático, vehemente y visceral y así no te meten nunca en la plantilla, te lo tengo dicho. Pues mi Juan, hombre cabal donde los haya, tiene que olvidarse de ser fijo en la plantilla, arriesgar una mijita, aproximarse al pitón en esos terrenos donde se ganan los cortijos del poder, y no tener miedo. De lo contrario habrá que preguntarle la próxima vez que lo vea: “Juan, ¿para qué te has metido en ná? Con lo feliz que estabas de alcalde, que caíste de pie en el cargo como lo ha hecho el arzobispo nuevo...”.

Tiene narices que la primera exigencia que se le hará al secretario general del PSOE de Andalucía será la de mantener la Alcaldía de Sevilla. ¡El mismo cargo del que lo han quitado para acabar con el susanismo e intentar el asalto a San Telmo! ¿No les suena mal la película? El asunto tiene toda la pinta de acabar en pregunta de Trivial. “¿Cuál es el alcalde de Sevilla que se marcha del cargo para ser líder de la oposición en el Parlamento Andaluz y que en su puesto entre un alcalde del PP?”. Qué feliz tiene que estar Oseluí (Sanz). Mi Juan no puede hacer tan mal negocio, no.

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