La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El teleférico, el talismán perdido
La ventana
AUNQUE el día de los Inocentes pasó y han transcurrido casi dos meses de aquello, en este fin de semana se ha producido una noticia propia de dicha celebración. Una noticia que más parecía broma que realidad y que daba cuenta de una decisión vergonzante, la de darle la Medalla de Oro de las Bellas Artes a uno que tiene del arte la misma concepción que un marciano. El mismo galardón que han tenido toreros como Pepe Luis, Ordóñez, El Viti, Camino o Romero ha recaído en un torero que se está enriqueciendo en plazas de polvareda y que sólo aparece en las de palcos como relleno. No podía ser cierta la noticia y habrá que enterarse quiénes han sido los muñidores de tal idea, quiénes los que le han dado una lanzada de muerte a todas las Bellas Artes. Francisco Rivera Ordóñez se puede merecer lo que quieran darle sus amigos, pero en jamás de los jamases algo que premie el arte.
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