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DIECINUEVE son las hermandades del mundo que, bajo la advocación de Esperanza Macarena, han acudido a la llamada de la matriz para convivir durante unos días a la sombra del Arco y, por supuesto, de Ella. Están en estos días manga por hombro en la Basílica para atender como se merecen estos fervorosos seguidores de la Macarena. Incluso en Miami existe una hermandad con tan glorioso nombre y hasta dicen que la imagen titular se parece una barbaridad a la que está en San Gil. Esta noche es la bienvenida en la Basílica y será en el epicentro de una velada musical y en la que sonarán más de una decena de piezas dedicadas a la Macarena. Desde Spes Nostra, de Farfán, a Coronación de la Macarena, de Pedro Braña, pasando por La Macarena, de Paco Lola, sobredosis de macarenismo en las notas del Carmen de Salteras y como bienvenida a gente del mundo umbilicada por el mismo cordón.
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