¿Matar es un derecho?

El aborto no es progresista. Es el rostro más bestial e inhumano del consumo

15 de mayo 2022 - 01:46

Disculpen la insistencia. Pero no conozco un tema que diga más sobre el fracaso de una cultura y el triunfo de la barbarie consumista disfrazada de progresismo. "Mi cuerpo, mi decisión" es uno de los lemas más repetidos por las abortistas. El problema es que esta decisión no afecta solo a su cuerpo sino sobre todo al del feto al que se mata. Porque se trata de matar una vida, por mucho que se disfrace llamándolo interrupción voluntaria del embarazo. Mentiras anticientíficas y eufemismos hipócritas se suceden en esta cuestión. El feto no es una parte del cuerpo de la gestante, es otro cuerpo que crece dentro del suyo. Al que se da muerte. Pero la propaganda ideologizada ha decidido que es una parte del cuerpo de la gestante sobre el que tiene derecho a decidir. Obviando que el momento de la decisión sobre su cuerpo y sobre su maternidad es del coito. Aunque haya quien -como ayer les recordaba que dijo Carmen Calvo- reconozca abiertamente que se utiliza el aborto como una forma de control de la maternidad, la mayoría prefiere negarlo o disimularlo dado lo bárbaro de la práctica así entendida. En la Ley Orgánica 2/2010 de interrupción voluntaria del embarazo se afirma que "la decisión de tener hijos y cuándo tenerlos constituye uno de los asuntos más íntimos y personales que las personas afrontan a lo largo de sus vidas, que integra un ámbito esencial de la autodeterminación individual". Muy cierto. Pero lo civilizado, lo humano, lo racional y lo progresista es decidirlo utilizando los muchos y seguros medios contraceptivos, no ignorándolos para después matar al feto.

Desde posturas supuestamente humanitarias se defiende que se mate al feto, desde posturas supuestamente progresistas se utiliza el aborto como un bárbaro anticonceptivo, desde posturas supuestamente racionales se practica el sexo sin tomar ninguna medida profiláctica. ¿Por qué en vez de la mentira de "mi cuerpo, mi decisión" no se reivindica "mi coito, mi decisión y mi responsabilidad"? A este siniestro triunfo de la muerte, a esta matanza de las vidas con mayor potencial de futuro y más indefensas -cualquier animal está más protegido en los países más "desarrollados" y más "civilizados" que el feto humano- se añade la monstruosidad de que las adolescentes de 16 años puedan abortar sin conocimiento de sus padres. Esto no es progresista, es el rostro más bestial e inhumano del consumismo.

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