Mil veces alanceado y, de momento, nunca muerto

En previsión de un día después caótico tras el 30-D, el Betis debería saber ya quién es quién

20 de diciembre 2016 - 02:36

Cuando la cuenta atrás va tornándose cada día más inquietante, la pregunta es si va a sufrir el Real Betis Balompié un atentado más de los muchos que ha recibido a lo largo de su siglo largo de vida. De aquesta guisa, el 30-D se columbra en el horizonte como otra fecha para el insomnio, como ese Día D que sería el ni se sabe qué número haría en la muy procelosa y gloriosa historia del sevillanísimo club de las trece barras con corona.

Una petición de cese del actual Consejo llevaría a una situación tan caótica que, quizás, ni siquiera el Betis podría soportar. Mil veces alanceado y nunca muerto en feliz sentencia de Martínez de León en boca de Oselito, los tiempos no están para nuevos alanceamientos. Un cese en la gobernanza del club durante todo un mes sería difícilmente sobrellevable y no sólo porque enero sea una ventana en la que poder reforzarse, sino porque las distracciones suelen ser fatales.

Si ya de por sí nunca podrá agradecerle el bético a Lopera que permitiese el acercamiento de Oliver a su querido Real Betis Balompié, si ahora se permite un golpe, sería la enésima andanada a su línea de flotación. Otro motivo de agradecimiento al hombre que lo tuvo todo para pasar a la posteridad y al que ahora sólo defienden los que no desean, precisamente, el bien del Betis. Quiere decirse, por tanto, que el beticismo debe compactarse en defensa del enemigo común.

Quedan diez días para otra asamblea decisiva más en la vida y milagros del Betis. Vida que sin milagros no sería posible, pues ya es de por sí un milagro que en este escenario de tan copioso fuego cruzado, el Betis, Real Betis Balompié por siempre y para siempre, siga siendo de los más seguidos del país. Debe el bético saber quién es quién y debería el club articular el adecuado resorte que le defienda de tanta insidia, insultos y, en suma, alanceamientos de toda laya.

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