Pandemia o 1248, ¿qué más da?

Desde la fallida Magna Mariana se buscaba un pretexto 'sacapasos'. El 775 aniversario de la reconquista lo dio

23 de noviembre 2022 - 01:46

Hoy hace 774 años que San Fernando reconquistó Sevilla devolviéndola a Europa. El 23 de noviembre de 1248 es el origen de la ciudad que hoy vivimos y reconocemos. La Virgen con la que Fernando III entró en Sevilla es su patrona y sigue recibiendo culto. Conventos y parroquias fundados por él y su sabio hijo siguen vivos. San Fernando, flanqueado por San Isidoro y San Leandro, anudando el pasado visigodo y la reconquista fernandina, forman su escudo desde el siglo XIV. La importancia de este rey santo en la historia de Sevilla y en su vida hasta hoy es indiscutible. Otra cosa es cómo la ciudad conmemora su figura y el aniversario de la reconquista. El día de San Fernando dejó de ser festivo -pese a que sea su patrón- en beneficio de la feria y no recuerdo que el de San Clemente lo haya sido. Pero este olvido se ha remediado. El santo patrono de Sevilla, que en el calendario de la ciudad no tiene día festivo, y la conmemoración de aquel 23 de noviembre de 1248, que cada año pasa inadvertido, van a ser adecuadamente conmemorados y celebrados… ¡con un Santo Entierro Grande!

En una sacra carambola, lo que la acción de gracias por el fin de la pandemia no logró lo ha logrado el 775 aniversario de la reconquista cristiana de Sevilla: sacar muchos pasos extemporáneamente. Se pretendió con una Magna Mariana que al final quedó en nada. Además de dar gracias por el fin de la pandemia se trataba de saciar el hambre de pasos tras la estricta dieta del confinamiento y las suspensiones; además, como se argumentó, de ayudar a la recuperación económica sacando pasos para atraer visitantes, motivo piadoso donde los haya.

Desde entonces otras magnas opciones estuvieron en la agenda hasta que se dio con lo del 775 aniversario de la reconquista cristiana. Muy traído por los pelos, sí, ¿pero cuál no lo ha estado, desde que los inventaron los Montpensier en 1850 y 1854 para revitalizar la decaída Semana Santa (y esos al menos tenían un fin porque estaba más pallá que pa cá) hasta los dos últimos celebrados con los pretextos de la evangelización de América (en realidad un aperitivo de la Expo 92) y el 400 aniversario del decreto de Niño de Guevara. Quizás el único que de verdad respondió al espíritu de la época fue el de 1948, primero al que se buscó una justificación, en aquel caso el 700 aniversario de la conquista de Sevilla: eran los años más duros del nacionalcatolicismo.

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