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Tomás García

Rafael de León y su glorieta

Estuvo preso en la republicana Barcelona durante los tres años que duró la Guerra Civil

13 de enero 2024 - 01:00

El gran poeta y coplista sevillano Rafael de León pertenecía a una familia de alcurnia con dos títulos de marquesado y uno de condado, naciendo en febrero de 1908 en San Pedro Mártir, una callejuela mínima que por el influjo de las hadas ha tenido el honor de engendrar también a otros hijos ilustres como Manuel Machado, Gonzalo Bilbao o Alejandro Sawa. Cursa sin vocación la licenciatura de Derecho en Granada, aunque su estancia universitaria le sirve para conocer a Federico García Lorca y entablar con el universal granadino una profunda amistad que duraría hasta la trágica muerte de éste. Algunos consideran a Rafael de León un simple imitador de Lorca, pero él sublimaría la influencia de su maestro convirtiéndose en el principal creador del cancionero popular andaluz junto al dramaturgo Antonio Quintero y el músico Manuel Quiroga.

Sería maltratado por muchos, pues unos le achacaban sus orígenes aristocráticos y otros no le perdonaban su vida bohemia en Madrid, sus amistades liberales o su declarada homosexualidad. Para colmo de desgracias, estuvo preso en la republicana Barcelona con riesgo de su vida durante los tres años que duró la Guerra Civil. Sería el letrista de coplas míticas como Ojos verdes, María de la O, La Zarzamora, A tu vera o Ay pena, penita, pena, que glorificarían a tonadilleras de la talla de Carmen Sevilla, Concha Piquer, Imperio Argentina, Lola Flores, Juanita Reina, Rocío Jurado o Isabel Pantoja. Asimismo, escribe temas para Nino Bravo, Raphael o las versiones españolas de canciones de Charles Aznavour y Adamo.

El Ayuntamiento de Sevilla decide homenajearle al fin por iniciativa del alcalde Luis Uruñuela y le dedica en 1980 –dos años antes de su muerte– una glorieta en el Parque de María Luisa, elevándose una placa de azulejos con los primeros versos de la copla No te mires en el río, asistiendo el poeta y varias cantantes famosas al acto de inauguración. El amplio espacio de este hermoso lugar fue previamente acondicionado en 1960 con una fuente central marmórea procedente del antiguo mercado de la Puerta de la Carne, bancos de hierro y una pavimentación con losas de Tarifa originarias del cementerio de San Fernando. La fontana queda rodeada por varios naranjos representativos de un primitivo naranjal, robustos almeces, un aparasolado laurel de Indias y dos esbeltos cipreses de los pantanos que no figuran en muchos catálogos botánicos de este emblemático parque. El duende de uno de los miembros olvidados de la Generación del 27 reina en su glorieta y sus restos corporales aguardan el merecido traslado desde Madrid hasta el Panteón de Sevillanos Ilustres de la Iglesia de la Anunciación...

“En Sevilla se muere/ con una muerte blanda y deseada,/ y el dardo que te hiere/ no es cuchillo ni espada,/ que es de flor y de sol la puñalada./ Yo mismo estoy herido/ por una rosa nueva y amarilla/ que del cielo ha caído/ dejando mi mejilla/ salpicada con sangre de Sevilla” (Las muertes de Sevilla, Rafael de León).

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