José Joaquín / León

Rajoy y los fariseos

Las dos orillas

05 de febrero 2013 - 01:00

NO se ha valorado la importancia de lo que dijo Rajoy. Parece como si el presidente del Gobierno se hubiera limitado a echar el balón de la corrupción fuera de banda. Pero no es así. Rajoy dijo: "Nunca he recibido ni repartido dinero negro". Esto no es ninguna tontería. Si se demuestra que es mentira, el presidente del Gobierno estaría obligado a dimitir. Lo que ha dicho va muy lejos. Juega al todo o nada. Unos le acusan de corrupto (entendiendo por tal un señor que cobra dinero de su partido, procedente de donaciones, y no lo declara a Hacienda). Y él dice que es falso.

Al margen de la responsabilidad de Rajoy, está el detalle fariseo. Si todos los que cometen un fraude fiscal, cobran en dinero B, no declaran el IVA, se ahorran impuestos en las compraventas inmobiliarias y cosas así son unos corruptos, casi media España sería corrupta. En realidad, eso es lo que piensan en muchos países europeos. Creen que en España, con un 30% (o más) de economía sumergida, con mucho dinero blanqueado de la droga, con grandes irregularidades en el suelo y la construcción, con profesionales que no declaran sus ingresos reales, y hasta con parados que cobran prestaciones mientras hacen chapuzas sin darse de alta como autónomos, todo lo que sea hablar de corrupción por un delito fiscal suena a cachondeo. O, al menos, a hipocresía.

Quizá pensaba en eso Rajoy cuando dijo que había mucho fariseísmo. O en Rubalcaba pidiendo su dimisión, mientras no dice nada de los ERE de los suyos en Andalucía, por no irnos más atrás. Pero, claro, eso no justificaría que el presidente del Gobierno (antes de serlo) presuntamente hubiera cobrado unos sobrecitos del señor Bárcenas sin declararlo a Hacienda. Al presidente hay que exigirle ejemplaridad, sea Mariano, Aznar o el que se encontró el pastel de Filesa. No se le puede equiparar con uno de esos que no paga el IVA y después se manifiesta ante la sede del PP para tirar sobrecitos. Todavía hay categorías.

Otra cosa es que esto duela mucho, en tiempos de recortes de sueldos y de no cobrar la paguita extraordinaria. Es el momento perfecto para la tormenta perfecta. Otra cosa es quien lo filtra ahora, por qué y para qué. Pues los papeles manuscritos de Bárcenas no han llovido del cielo para caer en un diario de Madrid. Por eso, es muy importante que la verdad resplandezca, sin dudas, para que los fariseos y los mentirosos queden en evidencia.

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