Restricciones que nos están europeizando

13 de noviembre 2020 - 02:34

Terminaremos, si Dios no lo remedia y la pandemia no remite, con los horarios europeizados, por lo que no es descartable que estemos comiéndonos una paella a las seis de la tarde. Tanto reírnos de ver cómo por Mateos Gago o Albareda olía a fritanga a la hora del té y resulta que vamos por el mismo camino. Desde el martes, con eso del cierre de comercios no esenciales, los horarios han cambiado de forma que ya los veladores de la Gavidia están de bote en bote a las cuatro de la tarde. Pero todo acaba cuando toca la campana nefanda a las seis, que el personal se recoge en sus casas y sólo el supermercado del Cortinglés se muestra como un oasis receptor de personas que intentan alargar como pueden su libertad. Y una advertencia, cuidado con los largos paseos al cierre de los bares porque como la vejiga se llene, la cosa se convierte en una dura micción imposible.

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