Sánchez e Iglesias, rana y escorpión

Lo grave es que hundan el PSOE socialdemócrata y el marco constitucional de convivencia

20 de junio 2020 - 02:31

No es necesario ser un conspiranoico para saber que el objetivo es el derribo de lo que llaman el régimen del 78. Sobre todo -lo han dicho siempre- por parte del partido socio del Gobierno y sus apoyos ERC, Bildu y PNV. Pero también, sorprendentemente, del PSOE sanchista. Fallecidos la mayoría de los protagonistas de la Transición cargan contra sus dos actores y símbolos más importantes vivos -Juan Carlos I y Felipe González- reduciéndolos al rey de las comisiones y el presidente de los GAL. Son más que eso y España les debe mucho. Pero la estrategia es achicar sus logros, magnificar sus errores y enfangar la Transición como una chapuza pactista que hizo real la famosa frase de El Gatopardo: cambiarlo todo para que no cambie nada. No es cierto: se cambió todo para pasar de una dictadura de cuatro décadas a una democracia plena. Pero, ¿a quién le importan los hechos? No se trata de historia, sino de propaganda.

Lo que Podemos, antes, y Unidas Podemos, ahora, piensan sobre la Transición, Juan Carlos I, Felipe VI y Felipe González es sabido. En 2016 los ahora socios de Gobierno se enzarzaron cuando Iglesias dijo en sede parlamentaria a Sánchez: "El problema es que a usted le han prohibido negociar con nosotros. Lo dijo Felipe González, el que tiene el pasado manchado de cal viva. Cuídese de él". Desde los escaños del PSOE le abuchearon y Sánchez le replicó: "Yo me siento muy orgulloso de Felipe González".

Cuatro años después Sánchez le ha hecho caso y él y su partido se cuidan de González y del régimen del 78. En un frágil toma y daca el entorno de Iglesias considera a Sánchez un "dique de contención frente a quienes les quieren fuera del Gobierno" y Unidas Podemos no apoya la investigación sobre González "porque todo el mundo sabe lo que pasó", mientras al ministro de Justicia se le escapa que estamos frente a una crisis y un debate constituyente, Sánchez no abre la boca para defender al jefe del Estado y a González, y el secretario general de los socialistas vascos dice que González "está muy lejos del PSOE, tanto como militante, como conceptualmente" y "en algún momento deberemos decirle basta ya".

Es una asociación con el mismo grado de confianza recíproca que el de la rana y el escorpión de la fábula. Lo grave es que con ellos se hundan el PSOE socialdemócrata -partido esencial para la vida política española- y el marco constitucional de convivencia de los últimos 40 años.

stats