Segunda dosis del purgante veraniego

Lo natural es que esta noche el Sevilla saque las mismas notas que ante el Ujpest Dosza

09 de agosto 2018 - 02:32

Viendo cómo de plácidamente se desarrolló la primera dosis del purgante que el verano le tenía reservado al Sevilla, no hay por qué darle pábulo a la inquietud cuando amanece el día de la segunda dosis. Laminado por un contundente 7-1 un equipo que, al menos, tenía pedigrí, a qué imaginar que el que esta noche visita Nervión vaya a presentar ningún tipo de dificultad, que, al menos, los húngaros eran conocidos por su nombre.

Quien llega es uno de esos muchos equipos que devaluaron las competiciones continentales tras la independencia de tantos países como componían la Unión Soviética, aquella Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas que nació tras la merienda de negros organizada en Yalta para contento del siniestro Stalin. La caída del muro de Berlín y la constatación de que el comunismo es el mayor fraude que nos ha deparado la Historia Universal nos trae a casa al Zalgiris Vilna.

Vilna o Vilnius, que así es como se llama la capital de Lituania. Y dicho Zalgiris llega a Nervión tras haber pasado las grandes duquelas ante el potentísimo representante de Liechstenstein, conque ya me dirá usted lo que puede oponerle al pentacampeón de la Liga Europa, antes Copa de la UEFA. Me dirá alguien que hasta el rabo todo es toro y que Dios me libre de las aguas mansas que de las bravas me libro solito. Bueno, pues a pesar de eso, aquí no ha lugar para maracanazo alguno.

Al final, el purgante va a ayudar a que el Sevilla de Pablo Machín llegue a lo importante con un buen rodaje. Y lo importante llegará en la noche del domingo cuando la voz del muecín haya atronado los espacios tangerinos. Ahí es donde el Sevilla va a tener el primer reto de consideración del curso. Hasta ese momento, bolos de carácter oficial contra equipos de otra galaxia muy inferior a la que acoge a este Sevilla en fase ya más de sincronización que de rodaje.

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