Por eso es el Señor de Sevilla

El Gran Poder no niega la devoción personal a otras imágenes: las asume todas en Él

27 de octubre 2021 - 01:45

Se abrió de capa y corazón el cardenal Amigo ante el Gran Poder en la Candelaria, les decía ayer, y se rindió al Señor. Al hacerlo demostró lo sabido: el Gran Poder no niega con prepotencia la devoción personal a otras sagradas imágenes: las asume y resume todas en él. Es el don de tres imágenes: entre los nazarenos, el Gran Poder; entre los crucificados, el Cachorro; entre las Vírgenes, la Macarena. Los antiguos lo sabían y admitían con naturalidad. Permítanme que, a modo de ejemplo, lo personalice en mis devociones personales.

Dijo el cardenal: "Hoy venimos a verte, a verte a ti, para que seas tú quien nos hagas ver las cosas con tus ojos y con tu corazón… Queremos que seas nuestro maestro, porque hay muchas cosas que no comprendemos… Llevamos muchas cruces, Señor… ¡Si no sabemos ya ni llorar, de tantas como tenemos que llevar! Pero tú, que la llevaste, eres maestro de cómo llevar la cruz. Con resignación, sí, pero abrazándola. Porque cuando Cristo la abrazó, la cruz cambió". Y uno, que es tanto del Gran Poder como de quien abraza la cruz y de quien se funde con ella, vio unidos en sus palabras, como lo están en mi vida, al Señor, el dulcísimo Nazareno y el Calvario.

Dijo el cardenal: "En el corazón de Cristo había un sufrimiento más grande que las espinas en su cabeza, los azotes en su espalda, la cruz en su hombro… Era el sufrimiento de su madre. Que yo sufra… He aceptado este camino. Pero que mi madre tenga que sufrir por mí… El dolor más grande del hijo fue el sufrimiento de la madre". Y uno, que es tanto del Gran Poder, pero nació donde nació a la vida y a la Iglesia, vio unidos en sus palabras, como lo están en mi vida, al Señor y la Amargura.

Dijo el cardenal: "Hemos cantado en las lecturas que estamos alegres. ¿Somos unos inconscientes? ¿Cómo podemos estar alegres, felices, contentos, con tantas situaciones de dificultad de todo tipo?... [Porque] Dios ha sido grande con nosotros, y nos ha enviado a su hijo Jesucristo para que nos consuele, nos ayude, nos salve. ¿Cómo no vamos a estar contentos, Señor? ¿Pero no veis que llevo la cruz, que llevo las espinas, que llevo sufrimiento?¡Tú llevas amor, Señor! Y esta es la causa de nuestra alegría y nuestra esperanza". Y uno, que es tanto del Gran Poder como de la Señora de los eternos amaneceres, vio unidas en sus palabras al Señor y la Esperanza Macarena.

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