Carlos Colón

Sevilla enseña mucho

La ciudad y los días

07 de diciembre 2008 - 01:00

LA cosa sucederá así. Llegarán los asesores de Obama para enseñar a nuestros munícipes socialistas las estrategias de comunicación que hicieron posible que "un político con el que nadie parecía contar llegara al principal sillón del planeta". Pero cuando observen el fenómeno de la supervivencia política de un alcalde con el que nadie parecía contar y con el que al parecer nadie cuenta, autor de discursos tan inmortales como el de la astronomía, la astrología y los astronautas, capaz de convertir lo bueno en malo (peatonalización, carril bici) y de hacer aún peor lo malo (Metropol Parasol, Torre Pelli, Alameda, Alfalfa, Plaza del Pan) y que por todo ello -y otras cosillas más que ustedes conocen sobradamente- genera rechazo en el 80% de los sevillanos y entre el 60% de los electores del PSOE… Cuando observen con pasmo este fenómeno de supervivencia que haría palidecer a los náufragos de La Medusa o a las víctimas de la tragedia de los Andes, los asesores de Obama devolverán el dinero y pagarán para que el grupo socialista les dé lecciones a ellos sobre como llegar al principal sillón de una ciudad y quedarse en él sin que nadie cuente contigo. Completará la lección un par de sesiones evangélicas sobre la multiplicación de los panes y los votos a cargo de maese Rodrigo Torrijos, el hombre que casi gobierna una ciudad de 700.000 habitantes habiendo obtenido 25.772 votos.

Hasta puede que se conviertan y se afilien al PSOE al ver como, con tan débiles mimbres, se hacen tan resistentes canastos electorales. Ya dijo Chesterton, tras oír un sermón lamentable, que la Iglesia católica debía ser la verdadera si con ministros como ese había durado dos mil años.

A los asesores de Obama puede interesarles, por ejemplo, la maniobra de las fotos de la Avenida que conmemoran los 25 años de la Gerencia de Urbanismo: yuxtaponer las peores fotos posibles en blanco y negro de los espacios intervenidos y las mejores en color del resultado de la intervención. La destruida Plaza del Pan, por ejemplo, se presenta en blanco y negro, ocultos por contenedores y coches los bellos adoquines pequeños y los relieves que perdimos; mientras que la nueva y horrenda plaza se presenta en colorines desde el ángulo más favorecedor.

Métodos toscos, sin duda, muchas veces vistos en los telediarios del franquismo que contraponían oscuras tragedias internacionales a los luminosos logros del Régimen. Pero eficaces, sin lugar a dudas, vistos los resultados electorales. Cuando vuelvan aleccionados de Sevilla los asesores de Obama serán capaces de convencer al mundo de que Guantánamo es un hotel de lujo.

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