Carlos / Colón

Suspensos justificados

La ciudad y los días

04 de mayo 2013 - 01:00

NO es que los políticos de todos los partidos, pero especialmente de los dos mayoritarios, deban dialogar desde la legítima y enriquecedora discrepancia para llegar a acuerdos sobre las cuestiones más importantes. Es que están obligados a hacerlo. Siempre; y más en tiempos tan críticos y crueles como los que estamos padeciendo. No hacerlo supone faltar al sentido de Estado que debe tener todo aquel que se dedique a la tarea política, ignorar la angustia y el sufrimiento de millones de ciudadanos, incumplir el mandato de los electores y, con ello, erosionar gravemente los fundamentos de la democracia.

Buscar la confrontación improductiva con fines electorales es una bajeza, además de una estupidez, en la vida política. Es más fácil ignorar que dialogar, insultar que argumentar, descalificar que analizar. La táctica de la confrontación sistemática es tan estúpida y tal estéril que busca dar la sensación de que se tiene más talla, no creciendo, sino haciendo menguar al contrincante. Todos perdemos así.

Por eso en la encuesta del CIS la confianza en los dos partidos mayoritarios sigue menguando, los partidos minoritarios crecen muy poco, todos los políticos del Gobierno y la oposición son suspendidos, el PP obtiene el peor resultado en estimación de voto de toda la serie histórica y el PSOE el segundo peor. Triste es el caso del PSOE que, pese a estar en la oposición y al desgaste del Gobierno, perdería las elecciones si se celebraran hoy: el PP las ganaría con el 34% del voto estimado, mientras el PSOE solo lograría el 28,2%. Que tras un año tan difícil, durante el que el paro ha aumentado en un millón de personas sobrepasando los seis millones de parados, tras tan polémicas y duras medidas, tras tanto desasosiego social y tras tanto ruido de escraches, el PP le saque al PSOE 5,8 puntos es una pésima noticia para los socialistas.

La bajada en puntuación de todos los líderes, incluidos los de IU y UPyD, también debería hacer pensar a nuestros políticos de todos los partidos. ¿Lo harán? No. Me temo que no. Al menos mientras no cambien muchas cosas dentro de las estructuras de los partidos, no haya listas abiertas o no se acabe con las juventudes que se estabulan en los partidos desde mocitos sin desempeñar en toda su puñetera vida una profesión. Esto explica el dato terrible de que el 90% de los españoles apenas confíen en Rajoy o Rubalcaba.

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