Patio de butacas

José / Joaquín / León

Triunfo de las comparsas

05 de febrero 2013 - 01:00

SI se clasifican para las semifinales del Carnaval de Cádiz 11 comparsas y 8 chirigotas, queda muy claro lo que hay en este concurso. Hubo un tiempo en que las chirigotas eran como el santo y seña del Carnaval fuera de Cádiz, frente a unas comparsas a las que se veía demasiado afectadas por sus voces, incluso tristes, según sus detractores. Llegó un momento en que Antonio Martín se tomó unos años de descanso y Martínez Ares se retiró del Carnaval para convertirse en compositor, cantautor, o lo que sea.

Pero la comparsa ha vuelto en todo su esplendor. Volvió Antonio Martín, que ahora está más moderno que nunca, incluso con Ángel Subiela y Carli Brihuega, que eran dos de las figuras de la comparsa de Martínez Ares, sus rivales. Y, a la misma vez, fue surgiendo una nueva generación, con Tino Tovar y Jesús Bienvenido como emblemas para las pibitas, y con Juan Carlos Aragón como enfant terrible. Sumen a eso que Joaquín Quiñones ha ganado más consideración y que los Majara de El Puerto estaban buscando autor y parecen haberlo encontrado en Antonio Rivas.

No obstante, el gran punto de inflexión comparsista se da cuando los hermanos Carapapa, que habían conquistado su prestigio como chirigoteros, se hacen autores de comparsas, incluso con El Bati al principio. Que un cuartetero como él ganara un primer premio de comparsas fue como una revelación del más allá. Ahora los comparsistas son todos artistas. Incluso cantantes profesionales como Miguel Nández son comparsistas.

Otro detalle es que las chirigotas (como la del Canijo o Vera Luque, por ejemplo) cada vez se parecen más a una comparsa en la forma de cantar los pasodobles y en los temas. Así es normal que si las chirigotas se acomparsan, el jurado opte por clasificar a las comparsas de verdad. Es lo que pasa cuando algunas chirigotas se han convertido en pseudocomparsas, o en sus filiales.

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