Usted es un romántico

Igual usted lo ignora, pero ha de saber que vivimos en la octava ciudad más romántica del mundo

18 de enero 2023 - 01:57

Llegará el día en el que nos avisen en la calle de que se nos ha caído el romanticismo al suelo. Alguien dirá que el romanticismo no se cae al suelo, algo que sí ocurre, por ejemplo, con el ticket del Aldi o, por falta de costumbre, con un guante para el invierno. Pero sí que ocurre, igual que se nos puede caer un algoritmo sin darnos cuenta de que lo llevábamos encima. Los tiempos 2.0 han cambiado hasta los detalles más inocentes de la convivencia común.

Igual usted lo ignora, pero ha de saber que vivimos en la octava ciudad más romántica del mundo, lo cual le hace ser partícipe del romanticismo ambiental lo quiera o no. Es lo que asegura Bounce, un portal experto en marketing romántico. Ser romántico ha dejado de ser una opción voluntaria y hasta cierto punto voluble (o incluso tóxica conforme la moda de la toxicidad). Ahora ser romántico se ha convertido en pura estadística. De ahí que el citado portal nos diga que Sevilla ocupa el puesto ocho entre los destinos más románticos. Tiene un coeficiente de 6,64 puntos de entre 10. El área estudiada ha sido de 141 km2. En la ciudad las actividades románticas por km2 alcanzan una nota de 2,7. Restaurantes románticos por km2 se premian con un 1,4. Hoteles románticos -también por km2- logran un valor de 0,7. Y, en cuanto a búsquedas de "cosas románticas por hacer", se alcanzan las 550 reseñas en Google. Por eso, volviendo al inicio, se nos puede caer al suelo el romanticismo en un despiste. Si estar enamorado se demuestra manteniendo la llama, ser un romántico es hoy el mechero que se nos puede caer del bolsillo.

Gracias al portal Bounce, se colige que debe ser alta la cuota de románticos sevillanos que vivimos por kilómetro cuadrado. El turista, a quien se dirige el portal, podrá toparse por tanto con un alto número de potenciales apasionados, sensibleros, tiernos, enamorados, idealistas y soñadores. Por eso hasta ahora no nos hemos dado cuenta de que a lo mejor se nos había caído al suelo una leve ensoñación sin importancia o una pequeña porción de ternura. Esto suena un poco a columna de Julio Camba o a novela de Luis Landero (de esas que se complican a partir de una absurdez).

A Sevilla la preceden, por este orden, París, San Francisco, Ámsterdam, Barcelona, Lisboa, Florencia y Dublín. He estado en todas ellas, salvo Dublín y San Francisco. No me dio nunca por medir su coeficiente de romanticismo por kilómetro cuadrado ni mirar cuántas cosas románticas se podían hacer en ellas. No es que uno no fuera romántico, es que no sabía cómo demostrarlo sin guarismos ni coeficientes fiables.

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