Azul Klein

Charo Ramos

chramos@grupojoly.com

Yoga

Emmanuel Carrère ofrece en su nuevo libro un mapa de las tinieblas humanas no exento de cierta comicidad

Un zafu es un cojín compacto y redondo que se usa para meditar porque favorece la postura vertical y sedente que permite observar tu respiración. Hace un año yo ignoraba todo sobre esta palabra de origen japonés pero desde que, a raíz del confinamiento, empecé a practicar yoga con cierta regularidad, he encontrado a muchas personas de mi entorno para las que este objeto se había vuelto imprescindible hacía mucho tiempo sin que yo lo advirtiera. Personas que son capaces de pasarse diez o veinte minutos inmóviles, en silencio y simplemente observando, dejando que los pensamientos y sensaciones aparezcan y desaparezcan, sin ceder a los impulsos. Mi zafu está relleno de cáscaras de espelta y lo compré en Alemania, a una firma orgullosa de su conciencia ambiental, pero tardó dos meses en llegarme. Cuando la empresa de mensajería lo trajo la primera vez yo no estaba en casa y no me dejó resguardo, por lo que pasados diez días lo devolvió a Colonia y tuve que volver a pagar los gastos de envío, que al final superaron ampliamente el precio del producto. De este modo, lo que pretendía ser una compra justa y sostenible se convirtió en una operación que consumió muchas horas de transporte y embalaje, y en una evidente frustración que probó que no hay nada como el comercio de proximidad.

Hace un año yo no había leído a Patanjali ni sus textos canónicos del yoga, y desconocía casi todo acerca de los sutras y de cómo esos aforismos escritos en sánscrito abordan los enigmas de la existencia humana. Es sorprendente todo lo que este año de pandemia y distancia social ha traído a nuestras vidas. Frente al griterío y el bochornoso espectáculo de la vida política en España uno puede, subido en su zafu, apreciar mejor el valor del silencio y aprender que el no darle más vueltas a las cosas puede ser la llave para que se produzca un cambio. Son éstos algunos de los temas que encontrará el lector del nuevo libro del francés Emmanuel Carrère, Yoga, o la narración en primera persona de una profunda crisis personal que acontece mientras el autor de El adversario intenta escribir un libro para explicar a sus lectores por qué no hay que confundir el yoga, que él practica desde hace más de dos décadas, con una vulgar gimnasia. Esta obra, que aborda temas como el combate contra la depresión, la clausura del amor o la crisis de los refugiados, es sin embargo un relato luminoso que nos enseña con vetas de humor que es posible salir adelante. Es admirable que uno de los mejores escritores europeos no tenga pudor ni pida perdón al expresar sus flaquezas y tormentos, y nos recuerde que ese es el gran poder de la literatura: combatir las propias tinieblas, hacer más viva y densa la vida.

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