La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

En cada 11-S se nos agitan los adentros

Era martes, como ayer, estábamos con la tele encendida y el plato humeante cuando un avión se estrellaba contra una de las Torres Gemelas que arañaban los cielos de Manhattan; total, un accidente más de aviación, pero al poco otro avión colisionaba en la otra torre. Aquello no podía ser casual e inmediatamente surgían noticias de otros dos atentados. Ya ninguno tendría la importancia de los dos primeros, pero el mundo se convulsionaba cuando eran las tres de la tarde en todos los relojes de Europa. Ocurría el 11 de septiembre de 2001, ya nada fue igual a partir de aquel mazazo que Al Qaeda dio en la mesa de Occidente y el concepto 11-S quedó grabada en lo peor de la historia universal aunque ya haya hecho dieciocho años. Las medidas de seguridad se multiplicaron no sólo en los aeropuertos y desde entonces, Occidente duerme con un solo ojo. Hoy es 11-S.

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