¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Ussía, el último acto del “otro 27”
Si usted sale a la calle en cualquier municipio de la extensa Andalucía, la que abarca desde Pulpí hasta Ayamonte, y pregunta a cualquier incauto viandante si necesitamos un cuerpo policial propio al estilo de Cataluña, el País Vasco o Navarra, es muy probable que en el mejor de los casos oiga las siguientes respuestas: “¿El qué?”, “¿para qué?”, o directamente un “¡tururú!”. El consejero de la Presidencia y otras muchas cosas más, nuestro admirado Sanz (Antonio), ha reaccionado a la tremenda a la propuesta formulada por el PSOE al calificar la iniciativa de “muy peligrosa”. Nuestro Antonio, hombre cabal que echa más horas de trabajo que los mulos arrendados de las estampas en sepia, se ha inflamado a la hora de responder a la oposición, pobre oposición que tarda más en rearmarse con María Jesús Montero que uno que yo me sé en montar un armario de Ikea. Con lo bien que hizo Felipe creando la empresa de muebles Arte España... Y hemos acabado arrodillados ante el minimalismo sueco.
El caso es que Sanz, implacable y con la tizona en lo alto, expresó su “sorpresa” por el hecho de que la vicesecretaria general del PSOE-A y portavoz parlamentaria, María Márquez, haya pedido que la Junta reclame al Estado la creación de una policía autonómica, lo que pone de manifiesto, según siempre Sanz, que los socialistas pretenden “desmantelar” la Guardia Civil y la Policía Nacional de Andalucía. ¡Pista para Antonio, pista, que va el artista! Vamos a decirlo con ripios, que son muy propios de cuaresma, como las torrijas y los pestiños. La nueva cara del PSOE andaluz dice una ocurrencia y Sanz no tiene clemencia. Los socialistas tienen la obligación de fiscalizar y poner en un aprieto a Moreno. Pero pasan los días y los peperos empiezan a perder el miedo al efecto Montero. Convendría que en el PSOE tuvieran claro que los disparates no son la mejor fórmula para erosionar a un gobierno con mayoría absoluta. ¿Juegan los socialistas andaluces a recuperar San Telmo o a justificar los disparates del sanchismo en Madrid? Tengan claro el sendero porque hay un dato palmario: Andalucía goza de estabilidad institucional a pesar del cambio de gobierno en Jaén y la jaula de grillos bajo sospecha del PP de Sevilla por culpa de una mesa de camilla de vocación antimorenista. Solicitar una policía propia es no tener ni pajolera idea del concepto de andalucismo que ha llegado a nuestros días, no tener claras las necesidades del pueblo andaluz y permitir al PP disfrutar de su éxito: haberse subrogado en la posición del PSOE y ser hoy el partido de la tierra. De momento. A Sanz hay que decirle como a Guerra en los mítines de los ochenta, pero al revés. ¡Antonio, nos les des tanta caña!
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