El candidato Sanz y el Museo de Bellas Artes

La propuesta es puro humo y sólo habrá servido para irritar a la Hispalense y conseguir un titular efímero

El Museo de Bellas Artes, en una imagen de archivo.
El Museo de Bellas Artes, en una imagen de archivo. / DS

20 de septiembre 2022 - 00:02

LA política cultural no suele ser el fuerte de la derecha, como se ha vuelto a comprobar una vez más con la propuesta-ocurrencia del candidato popular a la Alcaldía, José Luis Sanz, de que el Museo de Bellas Artes se traslade a la actual Fábrica de Tabacos. No hay por donde cogerla. La que es considerada como una de las mejores pinacotecas de España está muy bien donde siempre ha estado desde su fundación con la desamortización de Mendizábal, en el viejo y hermoso convento de la Merced. Su tradicional ubicación está tan estrechamente asumida por los sevillanos que da nombre a la plaza que sirve de hall al museo y a la cofradía que sale de sus aledaños. A los conservadores le pedimos que conserven, no que lo pongan todo patas arriba. Eso se lo dejamos a los chicos de progreso.

Cierto es que el convento de la Merced se ha quedado pequeño, pero también lo es que desde hace años hay un proyecto de ampliación por el cercano palacio de Monsalves, una de las reivindicaciones históricas de la ciudad junto la ampliación del Metro, los túneles de la SE-40 o el tren al aeropuerto. La idea es llevar a esta antigua casa reformada a principios del siglo XX por Aníbal González las ricas colecciones de pintura decimonónica y las dependencias administrativas, lo cual liberaría el espacio necesario para el mayor desahogo de las obras de alta época, que son las que al fin y al cabo dan prestigio al Museo de Sevilla. Cambiar ahora el rumbo sólo generaría aún más confusión y aumentaría el retraso.

Además, Sanz se olvida que su candidatura es a la alcaldía y que el museo es de titularidad estatal y gestión autonómica. Es decir, que poco tiene ahí que decir el Ayuntamiento. Por otra parte, la propuesta supone un supino desprecio a la Universidad de Sevilla, actual inquilina de la Fábrica de Tabacos, una institución de más de 500 años que merecería un poco más de respeto. La pedorreta desde el despacho rectoral ha tenido que ser sonora. No hay duda de que el proceso de restauración del inmueble y la mudanza de Filosofía al espacio dejado libre por Derecho se está eternizando, y que va siendo hora de que se cierre de una vez el tajo, pero el traslado universitario al edificio dieciochesco en 1956 es uno de los ejemplos españoles más acertados en lo que a la reutilización del patrimonio histórico se refiere y, hoy por hoy, la imagen de la Hispalense no se entiende sin la Fama trompetera, que ha llegado a adoptar como imagen titular.

La propuesta, por tanto, es puro humo que sólo habrá servido para irritar a la Universidad y conseguir un titular completamente efímero. Lo del “Louvre sevillano” no cuela, candidato.

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