Carlos Colón

Con costales y a lo loco

La ciudad y los días

04 de julio 2010 - 01:00

POR último, con relación a esas declaraciones de un responsable de la Jornada Mundial de la Juventud madrileña que comentábamos ayer, querría decirle que si tan importante es que alguna de nuestras "magníficas imágenes" sea "instrumento de evangelización de cientos de miles de jóvenes venidos de los cuatro puntos cardinales", ¿por qué no le pide al señor arzobispo que envíe al Cristo de los Cálices? Pocas imágenes mejores y más representativas de la imaginería sevillana podrían encontrarse. Y encima el pobre lo agradecería porque, como depende directamente de los canónigos y no de esos frívolos capillitas deficitarios de eclesialidad, está tan huérfano de oraciones y ayuno de cultos que me temo que los últimos rezos que haya oído fueran los de Mateo Vázquez de Leca. Y si éste no les parece bien, o los canónigos no quieren dejar vacía una de las vitrinas (perdón, altares) del museo (perdón, templo) catedralicio, tiene la Iglesia hispalense a su disposición el espléndido Cristo de los Desamparados del Santo Ángel, también de Montañés, o el no menos formidable Cristo de la Misericordia de Santa Isabel, nada menos que de Juan de Mesa. Imágenes extraordinarias tiene la Iglesia bajo su directa propiedad o en manos de órdenes religiosas, sin que medien los traviesos cofrades.

El problema es que no salen en procesión y, por lo tanto, carecen de pasos, cuadrillas y bandas. ¿No será, picaruelos, que lo que queréis son costaleros y mecidas, bandas y chimpunes para dar una nota de color local -cien por cien andaluz y cien por cien sevillano- a la multitudinaria concentración, como si fuéramos esos aborígenes que ponen a bailar ante el Papa cuando visita países exóticos? Sería curioso que, tras tanto acusarnos -a veces con razón- de jugar a los pasitos, se nos pidiera "pasear" un paso por Madrid para dar mayor "vistosidad y emoción" a esa concentración que, perdóneme, a algunos nos parece excesiva, una especie de Woodstock clerical que contradice una frase del Kempis que quien quiera puede ver cumplirse cualquier día del año en cualquier iglesia sevillana en la que se encuentren los devotos con sus imágenes: "la verdad habla por dentro sin ruido de palabras".

Posdata: ya que a los capillitas nos acusan por igual los ateos (tan dados a opinar sobre cómo debe ser la Iglesia y vivirse la religión) y los católicos que se dicen comprometidos (tan dados a llamarnos idólatras y folclóricos) de despilfarrar escandalosamente nuestros dineros en mantos, coronas y otros lujos, ¿no le parece que el dineral que va a costar lo de Madrid se podría destinar a los necesitados?

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