Hace veinticinco años, al Príncipe de España lo vitoreaban en el estadio de Montjuich como abanderado en la apertura de los Juegos. ¿Qué ocurriría hogaño si el hoy Rey apareciera en Barcelona enarbolando la bandera de España? Es sin bandera y la que le montan en la final de Copa, que no suele ser en la Ciudad Condal... ¿Y qué es lo que ha pasado en este cuarto de siglo para que de las flores hayamos pasado a los tronchos? Pues lo que ha pasado es una dejación de funciones en la instrucción de las nuevas generaciones mediante una enseñanza sectaria. Darle a las autonomías una competencia tan trascendental como la educación fue los lodos que han traído estos polvos tan insanos. Ha pasado sólo un cuarto de siglo, parecía que la guerra había terminado y la diferencia en el trato y en el talante denota que algo se ha hecho mal, creo que irremediablemente mal.