Carlos Izquierdo /

Un final agridulce

el medio centro

El Mundial de motos, circunstancias aparte, languidece, y parece difícil que la situación tenga una vuelta atrás

07 de noviembre 2011 - 01:00

EL Mundial de motociclismo languidece y parece complicado que la situación tenga vuelta atrás. El circuito de Cheste, que siempre había sido una fiesta, mostró ayer un tono sombrío que la lluvia se encargó de reforzar y la competición terminó de refrendar. Tan sólo el título conseguido por Nico Terol, merecidísimo, nos hizo esbozar una forzada sonrisa.

Muchos apelarán a las circunstancias, pero éstas no dejan de conducir a la realidad. Primero se despidió del circo y para siempre la categoría de 125 con la victoria ya apuntada del valenciano, motivada por la caída de Zarco, al que la mala cabeza le ha perdido durante todo el año. Adiós a los motores de dos tiempos, adiós a toda una época.

Una hora después se acabó Moto2, aunque las motos intermedias echaron el telón el viernes con la confirmada ausencia de Marc Márquez. El mejor piloto de la categoría, sin correr, dejaba a Bradl como campeón. El alemán, además, contribuyó a la sensación de abandono con una caída que dejó el podio con segundones en lo alto.

Para el final quedó el final de MotoGP. La categoría, aburrida hasta decir basta y con necesidad urgentísima de renovación, nos dejó la trágica muerte de Simoncelli, la falta de pilotos en la parrilla, la mala suerte de Pedrosa y de Lorenzo y el consecuente título de Casey Stoner a falta de tres carreras. Demasiado triste todo para los que crecimos con aquellas míticas carreras de Kevin Schwantz, Wayne Rainey, Wayne Gardner, Eddie Lawson, Fast Freddie Spencer, John Kocinski, Mick Doohan… Aquellas las vimos, desde principios de los 80, en TVE, la última despedida del día. Los que vienen intentarán hacerlas igual o, al menos, con la misma profesionalidad, pero el olor del café mañanero y el ruido de fondo de los motores no serán ni mucho menos los mismos.

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