José Joaquín / León /

La herencia

Las dos orillas

13 de septiembre 2015 - 01:00

EN estos días de septiembre, al cumplirse hoy tres meses de su toma de posesión, los ojos se han vuelto hacia Juan Espadas, que estaba pasando casi desapercibido. Uno de los principales problemas de Sevilla, en este periodo de postrimerías veraniegas, es si acuden más o menos concejales a la función votiva de la Hiniesta que a la procesión de la Virgen de los Reyes. Eso demuestra que la ciudad funciona por inercia, y que la herencia recibida por Espadas le sirve para ir tirando. Si esto sigue así, se confirmaría que el actual alcalde es bastante listo y el anterior no tanto. O eso parece. Pues Zoido dejó una buena herencia, pero ha perdido ocho concejales, quedándose con 12. Mientras que el actual alcalde, con un edil menos (esto es, con 11), puede disfrutar la herencia del otro.

Para colmo de sinsabores del PP, resulta que el ex alcalde Zoido cuando dejó la herencia no estaba muerto (políticamente), ni siquiera estaba tomando cañas, sino que ha pasado a la oposición, siendo el más votado. Y ahí sigue, como testigo directo en el Ayuntamiento. Mientras que el otro se llevó los votos de los colegas de Participa y de IU, y después se ha olvidado de ellos, hace lo que le conviene y ha recibido la herencia en bandeja. Es alcalde con un concejal menos que el principal partido de la oposición.

La herencia es discutible, como casi todas. ¿Cuántas familias se han roto por cuestiones de herencia? Como éste es un Ayuntamiento de familias divididas, tampoco se nota tanto. Excepto que los tres de Participa Sevilla luzcan sus camisetas para protestar por algo. Y la herencia sigue aumentando, que es lo importante. De pronto se sabe que alguna gestión que hizo Zoido ha dado sus frutos, para provecho de Espadas. Y así lo último que se ha sabido es que está resuelto el problema del edificio fantasma de La Gavidia, al menos en teoría. Ya hay vía libre para que se pueda utilizar como centro comercial, como hotel, o como lo que sea. Cualquier uso, menos esa imagen penosa que ofrece.

La ocasión es ideal para revitalizar una zona que está en el centro más céntrico de Sevilla. Una zona estéril, donde todo parece gafado. Entre lo que recibe, está también el edificio de San Hermenegildo, que es una herencia que viene de antiguo, no de Zoido, sino de antes, de los abuelos que estuvieron en el Parlamento de Andalucía, antes de irse al Hospital de las Cinco Llagas. Si Juan Espadas es capaz de revitalizar la Gavidia, ya tendrá algo bonito para dejárselo en herencia al siguiente.

stats