La hora del buen gobernante

Hoy no quisiera estar en el papel de Moreno. De la decisión sobre la Navidad dependen directamente muchas vidas

Juanma Moreno.
Juanma Moreno.

10 de diciembre 2020 - 01:47

Guardo un gran recuerdo de los profesores que me exigieron, fueron duros, me hicieron duplicar el esfuerzo y, por lo tanto, sacaron mi mejor versión. En cambio, los que tenían fama de facilones, daban el aprobado con dadivosidad, ensayaban con los exámenes tipo test en materias en las que hay y había que defenderse como los calamares, a base de buenos chorros de tinta, no están en ningún lugar preferente de mi memoria. Hasta me cuesta trabajo recordar el nombre de los vagos que en el fondo preferían el test para corregir menos. Con los gobernantes me ocurre lo mismo. Me aburren los que no reconocen la gravedad de los asuntos. Generan casi desprecio los que intentan maquillar la realidad. Pierden el crédito los que sistemáticamente exageran o los que reducen la importancia de los hechos. ¿Cuántas veces, por ejemplo, han oído hablar de la "tolerancia cero" frente al machismo, la venta ambulante, la inmigración ilegal, el aparcamiento indiscriminado o la violencia en el fútbol? Por eso hoy es un día importante para los gobernantes en Andalucía. Hoy no quisiera estar en el traje del presidente Moreno. Hemos llegado a la situación que comentamos en su día en esta Aldaba. Estamos casi a mitad de diciembre y las cifras de contagiados, ingresados y muertos ya no son tan espeluznantes. Hemos mejorado. Y precisamente por eso es muy difícil decidir si se relajan las medidas, se mantienen o incluso se endurecen para salir definitivamente mejorados de cara al período de vacunación que en Inglaterra ya ha comenzado. Hoy veremos la talla del equipo de Gobierno de San Telmo. ¿Nos la jugamos como en Estados Unidos, donde lamentaron con miles de muertos el día de Acción de Gracias? ¿Nos quedamos a medias? ¿Tenemos claro que no podemos ceder ante el bicho en el que se supone que es el tramo final? Cuesta mucho trabajo cuando se trata de salvar vidas, cuando se tiene claro que habrá víctimas si se relajan las medidas. Veremos cómo sale de este trance un neomoderado como Moreno, al que la pandemia ha proyectado como un político serio y con un perfil muy institucional en tiempos de extremismos, griterío e insultos. Si las vacunas funcionan y verdaderamente estamos en el principio del final de este horror, sería poco aconsejable jugársela por muy fatigada que esté la sociedad. La política, hoy se ve, es mucho más que diálogo entre distintas fuerzas, cuadrar unos presupuestos, generar titulares y representar a las instituciones en actos plúmbeos. Muchas veces es decidir sobre la vida o la muerte de las personas. Así de duro. Ningún profesor blando me hizo crecer. Ningún político corto de miras mejora la sociedad.

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