El Parlamento Europeo ha aprobado la Resolución 2019/2819(RSP), de 19 de septiembre, sobre la importancia de la memoria histórica para el futuro de Europa. El documento, sin apenas reflejo en los medios de comunicación españoles, considera que deben mantenerse vivos los recuerdos de nuestro trágico pasado, con el fin de honrar a las víctimas, condenar a los autores y establecer las bases para una reconciliación cimentada en la verdad. En ese sentido, establece que tanto el nazismo como el comunismo "cometieron asesinatos en masa, genocidios y deportaciones y fueron los causantes de una pérdida de vidas humanas y de libertad" a una escala hasta entonces desconocida. En consecuencia, condena "los actos de agresión, los crímenes y las violaciones masivas de los derechos humanos" perpetrados por los regímenes comunista, nazi y cualesquiera otros de raíz totalitaria.

El texto, que tiene un rango normativo indirecto en la medida en que las jurisdicciones nacionales habrán de tenerlo presente a la hora de aplicar sus propias leyes, contiene, además, una demanda expresa: que todos los estados miembros efectúen una evaluación clara y basada en principios de los crímenes comunistas y "que hagan todo lo posible para que sean recordados y llevados a los tribunales", con el propósito de que no vuelvan a repetirse jamás.

Tanto en relación con el nazismo como con el comunismo, la resolución cuestiona que en algunos países europeos aún existan espacios públicos y monumentos que ensalcen tales ideologías y a sus líderes, así como que "se sigan utilizando símbolos de regímenes totalitarios en la esfera pública y con fines comerciales". En esencia, pues, el Parlamento Europeo, por amplísima mayoría, equipara ambos horrores y reclama una memoria íntegra, que se ejerza objetivamente sin falsedades ni parcialidad.

Se comprende, así, que en esta España nuestra de la memoria selectiva, olvidadiza de los 85.000 muertos que, según el Libro negro del comunismo (1997), nos dejó la represión republicana durante la Guerra Civil, semejante decisión haya sido meticulosamente silenciada: desmonta el relato oficial, desmiente el cuento de los buenos y los malos e inconvenientemente descubre la realidad desnuda.

En la Europa del siglo XX dos monstruos arrasaron el continente. Y hasta que no exista una conciencia común de sus equiparables iniquidades, convivencia, libertad y paz serán objetivos lastimosamente inalcanzables.

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