Luis Carlos Peris

De mentirosos a imprudentes

Desde mi córner

Emana y Sergio acusan y a esto se une el torpedo lanzado por Kone a la línea de flotación de Manolo Jiménez

02 de septiembre 2009 - 01:00

EMANA insiste en decir que él no es un esclavo, mientras que el padre de Sergio García afirma que a su hijo lo ha tratado Lopera como si fuese un animal. Paralelamente, Kone mete un torpedo en la línea de flotación de Manolo Jiménez al desvelar los entresijos de la pizarra. Cuestiones todas que animan este arranque liguero, pero que no contribuyen a la habitabilidad de cada nido, tanto el bético como el sevillista, ambos dos. El triunfo bético se ve eclipsado por el malestar de dos de sus futbolistas, mientras que el tropiezo sevillista se ve agravado por la inoportunidad que siempre supone desvelar alguna intimidad.

No hacía falta que Emana declarase que la de esclavo no es su condición. Está clarísimo que el camerunés no tiene ni una sola de las particularidades que caracterizaron la figura de un esclavo. Sólo hay que ver cómo se viste para saber que no pertenece a nadie y el problema estará en la convivencia con semejante personaje en un día a día que si en Primera resultó insoportable, en la sordidez de Segunda se puede hacer irrespirable. De todas formas, hora es de que tipos tan veleidosos encuentren quien les diga basta y la verdad es que el tal Achille Emana se ha topado con una horma que no sé si será la de su zapato, pero que puede hacerle recapacitar, seguro que sí.

No creo que al hijo del padre de Sergio García lo hayan tratado como un animal. Como un animal es tratado el beticismo al ver, impotente, cómo tan pocos le amargan la vida a tantos. Y para terminar, la que ha formado Arouna Kone al desvelar lo que tantos sevillistas se temían, que Jiménez fuese el culpable de la forma de jugar del Sevilla. No sé si el técnico está equivocado o este equipo puede jugar de otra manera, pero me imagino a Manolo Jiménez pensando que con amigos como Kone sobran los enemigos. Es lo que le hacía falta para que el debate cobre más virulencia de la que tenía. O sea, que entre animales, esclavos e imprudentes, la cosa empieza divertida.

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