Crónica Personal

Una nueva figura en la izquierda

Lo que más sorprendió en la candidata de Mas Madrid fue la fuerza con que defendía sus propuestas

Mónica García. Conviene apuntar el nombre. Ya destacó por la forma de expresarse cuando explicó su rechazo a presentar lista conjunta con Pablo Iglesias, y si a eso se suma las expectativas creadas en el debate que mantuvieron el miércoles los candidatos madrileños, se puede dar por seguro que la médico que encabeza la lista de Más Madrid va a convertirse en una figura de la izquierda.

El debate tenía una trascendencia que iba mucho más allá de los límites de la comunidad madrileña. Esas elecciones han provocado que Sánchez se enfrente a una candidata regional, que Pablo Iglesias haya abandonado el Gobierno para batirse el cobre por la comunidad de Madrid y que Arrimadas intente la difícil remontada de Ciudadanos presentando lo mejor que tiene ahora mismo: su portavoz en el Congreso de los Diputados Edmundo Bal, un abogado del Estado de amplia trayectoria.

El debate lo ganó Isabel Ayuso, más por demérito de sus adversarios que por sus propios méritos. Sólo Mónica García la tocó levemente por su política sanitaria, aunque lo que más sorprendió en la candidata de Mas Madrid fue la fuerza con que defendía sus propuestas y su conocimiento de los problemas madrileños. Había hecho los deberes, lo que se echó en falta en el propio Gabilondo y, desde luego, en Pablo Iglesias, que desgranaba datos que traía escritos y no fue capaz de demoler el discurso de Ayuso, como pretendía. Lo más sorprendente, el desánimo de Gabilondo, falta de nervio pero, sobre todo, su sorprendente marcha atrás: sí, quiere gobernar con Iglesias, lo que antes negaba. Y no se niega tajantemente a la subida de impuestos que también negaba.

Los debates no los ganan quienes encandilan a los televidentes, y mucho menos a los periodistas, sino que los ganan quienes encandilan a sus seguidores. Y ahí se lució Rocío Monasterio, con algunos argumentos que producen escalofríos entre aquellos que nunca votarían a Vox, pero que entusiasman a sus pata negra. Las referencias a la inseguridad que provocan los inmigrantes es inadmisible, por los datos y por el racismo.

Bal demostró conocimiento y buena voluntad, pero los muchos errores cometidos por Cs pesan más que esa buena voluntad y es difícil que entre en la Asamblea. Sus escaños, según los expertos, irán todos al PP. Más que por entusiasmo con Ayuso, por el rechazo a sus contrincantes. Sólo Gabilondo podía hacerle mella… pero su marcha atrás en algo tan trascendental como una posible coalición con Podemos, que él mismo descartó, le coloca en una situación imposible.

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