Con perdón, a mis dilectos exigentes

Estaba abocado el Betis a malvender en este mercado y hasta se aseguraba que el plantel quedaría menoscabado por la tiesura que asuela al fútbol español en general y al Betis en particular. El primero de la lista fue William Carvalho con rumbo asegurado a la Premier y hasta el final de la ventana de compraventas estuvo Loren, pero llegó el tañido final y resulta que los muertos que vos matasteis gozan de buena salud (Don Juan dixit).

En esas paredes de retrete que son hogaño las redes y algunos portales ayunos de credibilidad se le está dando fuerte y flojo a Antonio Cordón por no haber hecho el milagro de la multiplicación de los panes y los peces. Primero se esgrime la tiesura del club como arma arrojadiza para, seguidamente, afearle la falta de fichajes de tronío. Y hasta le dicen que vino para eso y que por ello está tan bien pagado, para comprar oro con monedas de cobre y no para lo que ha hecho.

Lo siento por mis queridos exigentes, esa especie de comunicadores más o menos legitimados que azotan al club en las duras y que en las maduras se atribuyen el éxito, pero considero excelente que el Betis sobreviva sin haber tenido que malvender a ningún futbolista necesario. El infausto curso anterior, aquel que tenía a Rubi en el banco y a Borja Iglesias con el nueve, fueron los polvos que trajeron los lodos de la tiesura, pero tampoco es cosa de estar restregándolo a diario.

Ha tenido que hacer dibujitos de colores y equilibrios sobre una cuerda flojísima este Betis tan alanceado por gente que no merece la pena, pero la cosa pinta bien. Y si alguien quiere objetar esta boyantía que lo haga, pero considero que la planificación del Real Betis Balompié no puede estar a lo que venga de fuera más o menos malintencionadamente. Por lo pronto, en la yerba está funcionando adecuadamente y con no repetir lo de Getafe digamos que la senda es la correcta.