¿Ante un pleito ya sentenciado?

Nueve puntos, suma y sigue, pues a ver quién duda de que el Sevilla llegará esta noche al copo de logros en su competición preferida. Vive momentos altos el sevillismo y bien que lo refrendará esta noche ante el Dudelange, ese ya viejo conocido que pleiteó sin éxito el pasado curso en la otra orilla del fútbol sevillano. Poca cosa el equipo del Gran Ducado para este Sevilla que habitualmente juega al todo por el todo en la Liga Europa.

Y como el partido de esta noche se presenta de perfil bajo, se dice que hasta jugará Dabbur, ese israelí que fichó Caparrós cuando aún era responsable de la sección de compraventas sevillistas. Y el concurso de tan controvertido futbolista sería un plus de indudable interés para un partido tan ayuno de expectación. Los seis de seis logrados por la tropa de Lopetegui llegaron sin aparente esfuerzo y también sin esfuerzo, aparente y del otro, será como el Sevilla llegue al pleno.

Además, es que las sensaciones que el equipo dejó la otra noche frente al correoso Levante fueron magníficas. El nunca se rinde fue cumplimentado a la perfección para no cejar en el empeño hasta el último aliento. Y como paradigma de la situación tenemos a Jesús Navas, incansable en su tarea de llegar a la línea de fondo cuantas veces haga falta. Y en una de sus llegadas, cuando los gemelos son de plomo y apenas queda aire en la caja de cambio, parió el centro del triunfo.

Un centro para tres puntos y para la reivindicación también de otro compañero en entredicho, el holandés De Jong. El espigado ariete, con su heterodoxo remate con el occipucio llenó de gozo el coliseo de Dato y se desquitó de su noche negra en el Camp Nou. Hoy parece que le tocará a Dabbur la oportunidad de hacerse un hueco en el corazón de un sevillismo que ya le mostró su cariño de forma calurosa no hace mucho. Son datos para el interés de un pleito ya sentenciado.