Roberto Pareja

Del pudor a la aberración

Doble fondo

08 de mayo 2015 - 01:00

LOS negocios crean extraños compañeros de cama, con lo que no es de extrañar que el mayor, el de la política en su más pérfida acepción, se preste a aberraciones. Eso que llaman la erótica del poder lo que esconde es un penetrante ansia ante el que palidece el mismísimo deseo sexual. La perversión del mandamiento ciudadano con la consiguiente violación de la voluntad popular no es tan vieja pero sí tan fea como el más viejo oficio del mundo. De los hijos de la grandísima bien puede uno acordarse a la vista de pactos inimaginables antes del galanteo con los electores, una orgía entre el agua y el aceite por la que resbalan esos que parecía que se odiaban durante la campaña y que luego se quieren... porque se necesitan.

Para muchos resultó incomprensible, por ejemplo, la abstención de los diputados de Izquierda Unida que alumbró hace cuatro años un Gobierno del Partido Popular en la comunidad de Extremadura. Con esos polvos, no se podían esperar más que lodos, y el barómetro del CIS que se conoció ayer muestra que el PSOE volvería a ganar y que IU podría quedarse incluso sin representantes en la cama, digo Cámara de Mérida.

Es curiosa la coincidencia del pistoletazo de salida de la campaña con las elecciones en el Reino Unido. Parece que van a ser necesarias muchas tazas de té y flema británica hasta que llegue el próximo primer ministro. Lo que tiene cierta guasa, aunque no tenga ni pizca de gracia, es que se perfile como llave del acceso al Gobierno el Partido Nacionalista Escocés (SNP). Lo que quiere decir, hablando en plata, que David Cameron, el líder conservador aspirante a la reelección como premier, y Ed Miliband, el candidato laborista, la segunda gran fuerza, van a tener que tirarle los tejos (políticos) a Nicola Sturgeon, a la sazón líder del partido que trató de romper el Reino Unido hace ocho meses.

Curiosa coincidencia, sí, con lo que acontecerá en breve por estos lares, cuando esos a los que muchos llaman veleidosos, lobos con piel de cordero y tal y tal tengan a sus pies a los pudorosos que ahora se desgñitan descalificándolos. Y les pedirán si se descuidan hasta matrimonio, otros extraños compañeros de cama como decía Groucho Marx, valga la presunta, sólo presunta, redundancia.

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