¿Para qué querrían al pobre pato?

28 de julio 2018 - 02:31

Como no se ponga pies en pared, aquí no va a quedar ni la puntilla del almanaque. Lo último en esta Sevilla presa del vandalismo y que tiene que restaurar la Plaza de España casi a diario, lo último ha sido el robo del pato, ese palmípedo trashumante que tantas veces cambió de ubicación. Dos chavalitos que se iban Alhóndiga arriba con el pato de la fuente que ahora se halla en San Leandro, para qué querrían tales aprendices de desalmados el pato. Es hacer daño por el mero hecho de dañar, sin ningún rédito, por el simple gusto de hacer el cafre, algo que está resultando moneda de uso común en una sociedad que campa a sus anchas y sin un mínimo de respeto por nada. Y todo esta ola de vandalismo que impera no puede ser movida por algo que no sea la falta de educación y el nulo miedo que existe hacia una autoridad que debiera ser bastante más competente.

stats