La nómina de entrenadores de Primera División para la inquietante campaña 20-21 ha subido de nivel con la llegada de tres técnicos que se reincorporan al ámbito nacional con el prestigio engrandecido tras sus ejercicios allende nuestras fronteras. Dos españoles y un chileno para que el abanico de entrenadores en la élite suba de nivel. Dos de ellos ya demostraron aquí sus cualidades y sólo falta que Gracia confirme su cartel.

Se trata de tres perfeccionistas que no suelen dejar cabos sueltos en la preparación de cada partido. Unai Emery llega al Villarreal con más conchas protectoras tras sus andanzas en PSG y Arsenal, Javi Gracia, que se fue al señuelo de la Premier, vuelve de Inglaterra con el bagaje que siempre proporciona un paso por donde se inventó este juego y Manuel Pellegrini retorna con el prestigio inmaculado tras su estancia en un City ganador y su aventura en el proceloso fútbol chino.

Deben ser tres patas para que el banco de la antaño mejor Liga del mundo se sostenga y aguante bien el pulso con la pujante Premier. Se trata de tres técnicos con distintas filosofías de juego, pero ganadores los tres. Laureadísimo Unai, sin duda nos encontraremos con un Villarreal más compacto que el que se ha metido en Europa aprovechando el tiempo posterior al confinamiento, ese tiempo que tantas sorpresas ha ofrecido, entre ellas la destitución de su antecesor, Calleja.

Lo del navarro Gracia está menos claro por la sencilla razón de la poca claridad que ofrece el hoy y el mañana del despersonalizado Valencia en manos del capricho de un oriental. Y nos queda el que más nos atañe, lo que pueda hacer Manuel Pellegrini en ese Betis tan desacostumbrado a ganar. Con el ingeniero patroneando la nave debe ganarse más, bastante más y, de paso, taparía las bocas de la jauría que a diario desea irse a la yugular del Betis. Tres hombres para mejorar, tres.