La ventana

Luis Carlos Peris

Una solución con medidas dolorosas

MUCHO es lo que se marea la perdiz a la caza y captura de la piedra filosofal que sea capaz de arreglar la Madrugada. Es un mareo de perdiz que no sale de su círculo vicioso. Se vuelve a lo que ya se eludió en tiempos pasados cuando hay que considerar que las cosas son como son y que hemos de darnos cuenta de que en una caja de zapatos no cabe más de un par. La Madrugada, en realidad toda la Semana Santa, tiene el mismo continente de siempre, pero con un contenido multiplicado y que hace inviable la fluidez. La sobredosis de nazarenos es incuestionable y la solución no puede ser que las cofradías den rodeos inexplicables, sino implantar de una vez el cupo fijo. Sabemos que es doloroso decirle a un hermano que no tiene sitio en la cofradía, pero habrán de observarse algunas condiciones para llevar el antifaz y que el contenido quepa en el continente.

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