La aldaba
Carlos Navarro Antolín
El teleférico, el talismán perdido
Paralelamente circulan penurias y excesos a pocas horas del comienzo de LaLiga. Se juega hoy la Supercopa europea y ahí aparece la desmesura de las desmesuras, pero no la única. Se iza el telón y aparece el Real Madrid con más galácticos que nunca y sólo un futbolista español en escena, el admirable Carvajal. Un equipo deslumbrante mientras la clase media se devana los sesos para cumplir con los límites económicos.
Unos límites aconsejables para que el fútbol no tenga que aferrarse a un nuevo Plan de Saneamiento, pero que provocan unas desigualdades que restan competitividad. El Madrid anda en otra galaxia, pero es que clubes aparentemente en apuros dinerarios tiran la casa por la ventana con especial mención al Atlético de Madrid. Los colchoneros se mueven en unos parámetros económicos que no se acaban de comprender y ya si hablamos del Fútbol Club Barcelona...
No hay quien me pueda explicar la diferencia de trato y en qué consisten esas palancas siempre bajo sospecha, pero la realidad es que hay clubes que viven en galaxias muy distintas a las del resto. Prescindiendo de ese Real Madrid que cuenta con una especie de piedra filosofal con la que convierte en oro cuanto toca, Barça y Atleti juegan con unas cartas, no sé si marcadas, muy diferentes a las que baraja el resto del paisanaje, con lo que la competición parte de premisas falsas.
Y ahí tenemos a los nuestros mostrando serias dificultades para el arranque, incluso con problemas para inscribir a futbolistas a fin de poderlos usar mañana ante el Girona y pasado en Las Palmas. Insisto en que está muy bien que las finanzas estén bajo control, pero contribuyen a que a la hora de la verdad se acentúen las diferencias en la yerba. En fin, que mucha suerte al Madrid esta noche en Varsovia y que el resto pueda reforzarse adecuadamente. Todo por la igualdad.
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