Fernando Santiago

La tercera ola del andalucismo

Con la venia

De la noche a la mañana, los que eran trotskistas se han vuelto andalucistas

28 de junio 2021 - 01:48

No hay que despreciar la importancia del factor humano, ese sentimiento personal que nos lleva más allá de lo que nos dicta la razón "el corazón tiene sus razones que la razón no entiende". Teresa Rodríguez Rubio vivió en su casa de Rota el compromiso de su padre con un partido socialista autogestionario vinculado a la Unión Sindical Obrera y que había ido a las elecciones de 1977 en coalición con el PSP de Tierno Galván: el PSA. Por entonces era un partido situado a la izquierda del PSOE, integrante de la Federación de Partidos Socialistas y de la Conferencia Socialista del Mediterráneo (donde estaba Papandreu, Dom Mintoff, Hafed el Assad, Sadam Husein) que financiaba Muamar el Gadafi. A Trípoli iban los dirigentes del PSA para recibir dinero con el que montar el partido, cuando Libia era la Yamahiriya Árabe Popular Socialista y el Libro Verde del líder era la Biblia. Ese PSA tenía como ideólogos a José Aumente y a José María de los Santos, aunque su pecado original fue haber nacido de la mano de un hijo de la burguesía sevillana, Alejandro Rojas-Marcos. En ese ambiente creció Teresa Rodríguez, que luego se hizo sindicalista de Ustea y trotskista de Izquierda Anticapitalista tras un breve paso por Izquierda Unida. En las elecciones europeas fue segunda tras Pablo Iglesias, lo que le reportó la fama suficiente para encabezar la lista de la coalición resultante, Adelante Andalucía. Sus grandes momentos fueron sus enfrentamientos con Susana Díaz ("con usted ni muerta") y sus denuncias sobre los privilegios de los diputados andaluces que cobran dietas hasta cuando no van. Esa intransigencia le llevó a la separación de Podemos e IU, primero de manera amable, luego en medio de descalificaciones y querellas, como es habitual en las organizaciones próximas al PCE. De la noche a la mañana, los que eran trotskistas se han vuelto andalucistas y han pasado de querer revivir la IV Internacional de Ernest Mandel y la histórica LCR a fundar un partido calcado del PSA. El argumento es que hasta Teruel tiene un diputado que consigue cosas para los suyos. Se basa en la falacia de que solo si eres andalucista puedes representar a Andalucía, despreciando a los diputados del resto de partidos "centralistas". Teresa, vestida de chulapa, hizo un spot para al final volver a "Andaluz, vota por tu tierra", "Andaluz, que tu voto no emigre", "Si los andaluces no votamos por Andalucía ¿quién lo hará" y "Por un poder andaluz", los eslóganes históricos del PSA, solo que ahora con el apoyo de Gabriel Rufián , ejemplo infame de los privilegios que quiere Cataluña para sí que supondrían un desastre para Andalucía. De eso no se habló el sábado en Granada.

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