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La aldaba

Carlos Navarro Antolín

cnavarro@diariodesevilla.es

El triunfo del gazpacho todo el año

Hace no mucho comprabas un gazpacho envasado y te arriesgabas a sufrir un comentario despectivo en la caja

El triunfo del gazpacho todo el año

El triunfo del gazpacho todo el año

El gazpacho se consume todo el año gracias a las marcas que lo elaboran con cada vez más éxito de crítica para su venta. Este neogazpacho envasado se vende con total naturalidad y casi con más variedades que los yogures. Tarda usted más en buscar un simple yogur de fresa de toda la vida que en echar al carro de la compra cualquiera de las mil formas diversas de yogur que se ofrecen en el expositor fresquito de los lácteos, ese al que da gusto acercarse en los días de calor, pero verdadero pavor en los de frío. Ahora disfrutamos del gazpacho en invierno y en otoño, no solo en primavera y verano. Gazpacho con o sin pan, con o sin pepino, de la abuela, gourmet o con la receta convencional, con un alto porcentaje de aceite virgen extra o elaborado con sandía. Por supuesto no hay que olvidar el gazpacho blanco con sus diferentes denominaciones. La más conocida es la del ajo blanco. Con el salmorejo ocurre algo similar.

Hace solo diez o quince años le hablabas a alguien de comercializar salmorejo hecho sin pan y te tomaban por pirado. Y si comprabas uno de esos primeros gazpachos que se vendieron en tetrabrik, te miraban mal en la caja. E incluso hay casos de haber sufrido comentarios despectivos en voz baja. "Esta juventud... no saben ya ni hacer un simple gazpacho". No es cuestión de la juventud, sino de la sociedad que no quiere o puede dedicar tiempo a la cocina. Ocurrió con la mayonesa y con los yogures en su día. Y hoy sucede no solo con el gazpacho, sino con la simple tortilla de patatas. El cursi de guardia dirá que con el gazpacho se ha roto la estacionalidad. ¿Y con los mantecados y polvorones? Recuerdo que José Luis Martínez, más conocido en el mundo digital donde triunfa como Pepelu, que hasta hace poco mantenía congelados en su casa los mantecados que compraba en Navidad. Pepelu se abastecía en las pascuas para todo el año porque recelaba de los elaborados fuera de la temporada. Apasionado de ese dulce navideño, sabía que los buenos eran los de la campaña de Navidad conservados por él mismo.

Hoy tenemos casi de todo al alcance de la mano en un supermercado los 365 días del calendario. Hay un observatorio de la ensaladilla rusa que vela por la calidad de esta vianda cada vez más maltratada en esos restaurantes sin manteles donde a usted le pegan el puyazo en la factura, pero nos falta una plataforma similar con el gazpacho, tan nuestro, tan de casa y tan saludable. Y como en todo, no todos los envasados son buenos. Pero todos han llegado para quedarse. En el 92 hubo un precursor de los tiempos actuales bajo la marca La Gazpachería, pero ha sido ahora cuando la moda se ha asentado definitivamente.

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