Más turistas y menos chinos

¿Por qué se está perdiendo el chino, el japonés y el coreano en Sevilla? Y, además, era el año de la Bienal de Flamenco

El turismo en Sevilla funciona bien, el puente del Pilar ha sido un éxito clamoroso, lleno total en hoteles y bares… Ayer el alcalde Espadas lo proclamó con solemnidad. Pero siempre hay un pero. Por un lado, el turismo cutrefacto de los hooligans ingleses dando por saco; y por otro, que están buscando a los chinos que perdimos. Ese dato se dio a conocer (como quien no quiere la cosa), coincidiendo con el congreso de las líneas aéreas asiáticas de bajo coste. Entonces se supo que en los primeros nueve meses del año llegaron a Sevilla 66.681 ciudadanos de China, Japón y Corea del Sur, lo que supone un 20% menos que el año pasado.

El dato ha sorprendido porque el Ayuntamiento mima al chino, al japonés y al coreano, y los trata como si fueran votantes del Polígono de San Pablo. ¿Por qué se está perdiendo el chino, el japonés y el coreano en Sevilla? Era el año de la Bienal, y aquí se ha propagado que son tan flamencos como los de Utrera. Pero el Niño de Nankín no es como el de Elche, a la hora de dar el cante, y parece que han flojeado. Los chinos arraigados en el comercio local suelen tener querencia por Triana, pero los que vienen en avión están desertando.

El turista asiático tiene fama de que gasta mucho, con prodigalidad y sin fijarse en los euros. El turista asiático no viene con chanclas (excepto que sean Havaianas de temporada), y es más partidario de las exquisiteces del lujo. El turista asiático no lo tiene fácil para llegar desde China, Japón o Corea del Sur, que están a más de 12 horas de vuelo, o incluso de 15 horas, según las aerolíneas, sino que una vez que vienen desde la gran Cochinchina, tampoco se conforman con cualquier pamplina turismofóbica y hay que sorprenderlos.

Los chinos, como son tantos y tan parecidos para quien no los conoce, pueden ser confundidos unos con otros, pero no todos son iguales. En general, existe bastante ignorancia sobre lo que vienen buscando. Por ejemplo, es probable que el pintor Murillo les interese poco, y que les guste más la Plaza de España o incluso la de América. En cuanto al centro comercial de la Torre Sevilla no es de lo más glamuroso que han visto, ya que ellos tienen la Torre de Shanghái con 128 plantas, y éste es como un rascacielito de cualquier barrio.

Si un chino pregunta por el Metro de Sevilla se hartaría de reír, si lo compara con los suyos. Allí las tuneladoras van desbocadas, y horadan, pero a base de bien. El Metro de Shanghái ya tiene 16 líneas y será pronto el más grande del mundo.

Impresionar a chinos y japoneses es más difícil de lo que creen. Pues, aunque sean tantos, no son tontos como los hooligans.

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