Otra vez con el retrovisor a punto

Esta atardecida llega a Heliópolis un Osasuna que también le enseña la matrícula al Betis

08 de julio 2020 - 02:30

Cayendo en saco roto el malestar justificado que se ha asentado en el Betis por el maltrato arbitral, esta noche podremos comprobar ante Osasuna si la actitud ha cambiado. No se trata de robar como roban otros, sino de que, al menos, no le metan la mano en la cartera al Real Betis Balompié. Por lo pronto, llega un canario que tiene un antecedente inquietante que se inició cierta noche en El Toralín, que también el sitio es de abrigo.

Este canario hubo una vez que erró clamorosamente en un mediodía con el Barça al no validar un gol azulgrana que había traspasado un metro la línea. Una raya en el agua en la relación del Betis con este Hernández Hernández que muestra las tarjetas como si en vez de cartulinas utilizase un Colt 45 con la canana repleta. Aquel gol ignorado de Jordi Alba es lo único que el Betis tiene en la memoria que no le lleva a acordarse de toda la parentela de este buen señor.

Dice la mayoría que el Betis está salvado, pero un servidor de Dios y de usted vio cómo quince días después de endosarle cuatro goles al Madrid era víctima de un contubernio que lo mandaba a Segunda. O sea, que nadie me venga con milongas, que la salvación sólo podrá confirmarse tras esta jornada y no ya por lo que el Betis haga con Osasuna, también por lo que dejen de hacer los que vienen por detrás. Quiere decirse que una vez más mirará por el retrovisor a ver qué pasa.

Y todo a la espera de Pellegrini, esa carta que la cúpula dirigente se ha sacado de la manga a ver si cambia el aire. Y si no cambió ganando dos años seguidos en el Bernabéu, ligando repóquer en Nervión y asombrando en el Camp Nou y en San Siro, cómo vamos a esperar que el mando se ponga a socaire. Esta atardecida y con cuarenta grados a la sombra, Osasuna es quien llega a Heliópolis viendo al Betis por el retrovisor, pero para retrovisor el que tiene instalado el anfitrión.

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