Pedro Mystal

La tercera España es posible

10 de junio 2020 - 20:11

Sevilla/“Españolito que vienes al mundo te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón”, decía don Antonio Machado. Duele enormemente comprobar que dicho presagio, poco a poco, va recobrando actualidad de la mano de políticos de uno u otro signo, mientras España se está desangrando por una pandemia con miles de muertos y el alargamiento de las colas del hambre. Familias sin recursos, niños amenazados, viejos viviendo en la completa soledad dependiendo de la solidaridad de los vecinos.

Revisando la historia, no es difícil darse cuenta de que los mejores momentos de España se deben al consenso, a la tolerancia, a respetar el derecho del otro a la discrepancia teniendo en la mente un horizonte común de bienestar, de justicia y de igualdad. Imágenes elocuentes de don Manuel Fraga al lado de don Santiago Carrillo construyendo juntos los pilares del edificio de una nueva España deberían volver, obviamente con nuevos actores, en estos tiempos difíciles. Basta de echarse la culpa los unos a los otros de los muertos, de los infectados, de los hambrientos, de los que poco a poco se van quedando sin horizonte, sin futuro y, sobre todo, sin esperanza.

Me han llevado a trasladar al público estas reflexiones dos espectáculos bochornosos, a mi juicio más propios del Salvaje Oeste que de lugares donde se debe dialogar con sensatez con argumentos sólidos, dentro de los mandamientos de una educación que, en este caso, debía ser exquisita y sobre todo ejemplar. Se intenta agraviar a un parlamentario calificando a su señor padre de terrorista y en una Comisión de Reconstrucción se hace lo mismo con otro acusándole de golpista, rematando la faena con “cierre usted al salir, señoría”. Yo solamente quería decir, para terminar: señorías, la tercera España es posible.

Esta España donde no impere el cortoplacismo, el trilerismo político, el engaño, la mentira impune, sino la justicia social, el bienestar común el progreso y la tolerancia. Esta España donde no existan enemigos, sino adversarios políticos. Con paciencia y espíritu democrático hay que esperar las convocatorias electorales para, en campaña, sacar la máquina de contar votos. Mientras tanto, a laborar juntos. Esta España es posible. Depende de ustedes.

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