Luis Carboneiro

De vacaciones

29 de enero 2020 - 09:00

Marchaba de vacaciones, iba a cruzar el firmamento en avión, a un lado su padre, al otro su madre, feliz de viajar por primera vez. Desde la ventanilla podía ver a la gente que los despedía, no distinguía desde allí, pero sentía entre ellos a unos abuelos que le decían: “Pórtate bien y vuelve pronto, ya te echamos de menos y sólo acabas de partir”. Echó el avión a andar, ya corría por aquella pista cuando lo notó subir, sus padres la veían entusiasmados disfrutar, ya estaban muy arriba cuando preguntó si sería otro avión, papá, lo que se veía venir, rápido, rápido y con mucha luz.

Su padre miró pero ya no pudo responder que no era otro avión, que era ese maldito misil que alguien, con miedo a morir, disparó por error. Fue muy fuerte la sensación de bajar en llamas y no entender por qué, fue muy fuerte mirarla morir, cogerle la mano para que supiera que no fueron ellos, pues iban ellos también.

Todo pasaría pronto pequeña, mañana el mundo juraría ante tu tumba que no volvería a pasar, los misiles saldrían a volar pero matando rápido y mejor, para que no te dieras cuenta, niña, de que morías por error, que eras un daño colateral de una escaramuza dialéctica más entre dos hombres con el poder de jugar con tu vida mientras su familia dormía en una suite con balcón.Desde allí veían las estrellas, hoy una más: la de tu avión estallar cuando volabas por última vez.

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