Vivir la tauromaquia en Aznalcázar como una experiencia para los cinco sentidos con Partido de Resina

Un grupo de visitantes junto al toro bravo 'Chiquero', en la finca de la ganadería.
Marta Franco

18 de agosto 2015 - 01:00

En Aznalcázar, en el corazón de Doñana, vive y campa el toro de la ganadería Partido de Resina (antes Pablo Romero), el toro bravo por excelencia. Esta importante dehesa sevillana es una de las que se incluyen dentro de la ruta turística Territorio Toro de la Diputación de Sevilla, y tiene sus puertas abiertas para enseñar al visitante lo mejor de la estirpe del toro sevillano, unos ejemplares bajos, fuertes y cárdenos. Esta ganadería fue fundada en 1885 por Felipe de Pablo Romero. En 1997 adquiere la totalidad de la ganadería la sociedad Partido de Resina S.L., conservando en la misma finca todo el ganado, hierro, antigüedad, señal y divisa. Hasta hoy, cuatro generaciones de la misma familia se han esforzado por conservar una de las pocas experiencias vivas que sigue intacta desde el siglo XVIII, la del toro bravo en su hábitat natural y en libertad.

Artetur, una empresa especializada en el turismo de grandes experiencias y la gestión de sensaciones dentro de las mismas, es la que gestiona y organiza esta visita. "La ganadería Partido de Resina nos abre las puertas de un paraíso sin precedentes, que marca sin lugar a dudas, un antes y un después en el conocimiento del toro bravo", explica Jesús Pérez, gestor de Artetur. "Esta ganadería supone uno de los pilares genéticos fundamentales de la historia del toro bravo".

La visita que propone la empresa en Partido de Resina se llama Un encaste en el paraíso y dura unas 6 horas, para pasar una jornada completa. Está dirigida a peñas y asociaciones taurinas, aficionados y turismo en general, pero huye del concepto habitual de tauromaquia como fiesta. "Lo que planteamos es una reflexión para entender la tauromaquia, despertar los cinco sentidos y vivir el toro como una experiencia litúrgica y de acercamiento a la naturaliza".

La visita comienza con una recepción "donde bebemos un caldo o una limonada, tal y como lo hacía el mayoral en el siglo XIX". Luego se visita la ganadería en el campo, de 400 hectáreas de extensión, y se explican todos los detalles, "hasta cómo se negocian los toros". Después tiene lugar una cata maridada, divertida y práctica, para pasar al toreo de salón en la plaza de tientas. La visita termina con una comida taurina y un espectáculo de flamenco "muy íntimo". Más información: 695497007.

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