El cuartel de Los Montecillos recibe ataques cada semana
Las dependencias del instituto armado han sido apedreadas y tiroteadas con balines y plomillos, mientras que los vehículos han sufrido destrozos a menudo
Los ataques al cuartel de la Guardia Civil de Dos Hermanas se suceden con cierta frecuencia, hasta el punto de que rara es la semana tranquila para los guardias y las casi sesenta familias que viven en el interior del recinto. Los dos agentes de este cuerpo que resultaron heridos graves la tarde del pasado sábado tras enfrentarse a un grupo de personas que les arrojaban piedras y palos desde las viviendas colindantes con el cuartel no son los primeros miembros del instituto armado destinados en Dos Hermanas que tienen que ser hospitalizados por una agresión de los vecinos del barrio de Los Montecillos, un núcleo de viviendas sociales en el que está encuadrado el cuartel.
Hace unas semanas, tan sólo, un agente que acababa de salir de las dependencias tras entregar un parte de baja fue sorprendido por unos vecinos del barrio que le propinaron una paliza. Al margen de estos ataques más graves, el cuartel de la Guardia Civil de Los Montecillos sufre casi diariamente una serie de incidentes que ponen de manifiesto la falta de seguridad de unas instalaciones que distan mucho de contar con la protección necesaria para las Fuerzas de Seguridad del Estado.
El lanzamiento de piedras contra el cuartel es algo habitual. Los vecinos achacan esto a los niños que se divierten arrojando piedras y otros objetos hacia el cuartel, pero los guardias dudan mucho de que sean menores quienes están detrás de estos actos vandálicos. Las viviendas de Los Montecillos están separadas del cuartel por un callejón de apenas tres metros. Esta distancia otorga cierta ventaja a los vecinos de los bloques, que dominan el patio del cuartel desde sus ventanas y pueden arrojar desde ellas cualquier tipo de objetos.
Además de piedras, los agentes han sido también tiroteados con balines o plomillos, así como con armas de aire comprimido. Igualmente, en varias ocasiones han aparecido pinchadas las ruedas de los patrulleros de la Guardia Civil en el interior del cuartel, después de que alguien saltara el muro que delimita el recinto policial para destrozar los coches.
El cuartel no dispone de las medidas de seguridad suficientes, ya que desde los pisos se domina la zona de recreo de los guardias. El recinto dispone de un muro de separación de los bloques, pero de una altura que no cubre con garantías la seguridad en caso de que alguien arroje algún proyectil desde las viviendas, como ocurrió el pasado sábado mientras los guardias celebraban la festividad de la Virgen del Pilar, patrona del cuerpo.
El general jefe de la IV Zona de la Guardia Civil, Antonio Dichas, estuvo ayer de nuevo en el lugar de los hechos, acompañando a familiares y compañeros de los heridos e incluso se desplazó al punto desde el que se habían arrojado las piedras para comprobar in situ cómo ocurrió la agresión. Para algunos guardias civiles consultados por este periódico, este cuartel no tiene razón de ser, ya que está en una población -Dos Hermanas- en la que la competencia en materia de seguridad ciudadana recae en la Policía Nacional. De hecho, es este cuerpo quien investiga la agresión a los guardias, aunque todavía no ha practicado ninguna detención relacionada con este asunto. En este cuartel están unidades del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) y de la Agrupación de Tráfico. Los responsables del Ayuntamiento de Dos Hermanas mantuvieron ayer una reunión con el subdelegado del Gobierno, Faustino Valdés, para estudiar medidas de cara a solucionar este problema.
El de Los Montecillos es el único cuartel de la provincia de Sevilla que sufre estos problemas de seguridad por estar situado en una barriada conflictiva. Sí existen instalaciones muy antiguas que entrañan riesgos laborales para los guardias, un problema que afecta a la mayoría de las dependencias del instituto armado no sólo de Sevilla sino de toda España, tal y como ha denunciado la Asociación Unificada Guardias Civiles (AUGC) en repetidas ocasiones. El antecedente más parecido al suceso ocurrido el sábado es el asalto al cuartel de Sanlúcar la Mayor protagonizado por el clan de los Ratas la madrugada del 16 de julio de 1999 para rescatar a un miembro de la familia que había sido detenido por la Guardia Civil.
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