El cura extorsionado perdona a tres rumanos y éstos retiran la denuncia
Los jóvenes grabaron un vídeo con el teléfono móvil en el que aparecían el párroco y un menor desnudos
El sacerdote que denunció a tres ciudadanos rumanos que le chantajearon con un vídeo de contenido sexual ha otorgado el perdón a estos tres jóvenes y éstos a su vez han retirado la denuncia que presentaron contra el cura por presuntos abusos sexuales a uno de ellos, menor de edad, según confirmaron a este periódico fuentes judiciales. Según estas fuentes, el presbítero acudió recientemente al juzgado que investigaba la denuncia contra los dos rumanos adultos, de 20 años, y en una comparecencia les otorgó el perdón con respecto al delito de revelación de secretos que se les imputaba. El artículo 201.3 del Código Penal establece que, en este tipo de delitos, el perdón del ofendido "extingue la acción penal o la pena impuesta", por lo que tras la comparecencia del cura la Fiscalía de Sevilla tendrá que elaborar de nuevo su escrito de acusación, en el que ya sólo se imputará a los rumanos un delito de amenazas condicionales.
La Fiscalía de Sevilla había pedido inicialmente una condena de seis años de prisión y una indemnización para el sacerdote de 100.000 euros, cantidad que éste les habría entregado a los jóvenes rumanos para que no difundieran el vídeo grabado con el teléfono móvil y en el que supuestamente mantenía relaciones con el menor de edad rumano.
El perdón del presbítero y la considerable rebaja de la pena que se puede imponer a los dos adultos rumanos ha llevado al juez de Instrucción número 16 de Sevilla a decretar la puesta en libertad de ambos jóvenes, que se hallaban en prisión preventiva desde el pasado 24 de septiembre. El menor de edad rumano, que fue internado en un centro en régimen cerrado, también ha sido puesto en libertad vigilada.
De forma paralela al perdón del párroco, los rumanos han procedido a retirar la denuncia que presentaron contra el cura, al que acusaban de abusar del menor y aportaban como prueba el vídeo grabado con un teléfono móvil en el que aparecían ambos desnudos. Según los rumanos, conocieron al párroco -que se habría presentado como médico- en el entorno de la Plaza de Armas y éste les invitó a tomar un café en su domicilio, donde sucedieron los hechos que han sido denunciados.
El párroco negó los supuestos abusos sexuales y aseguró que el menor se introdujo en su habitación y se sentó en la cama aprovechando que él había ido a cambiarse de ropa. A partir de ese momento, explicó que fue objeto de la extorsión y que llegó a entregarles 120.000 euros de sus cuentas bancarias, aunque la Fiscalía sólo reclamó en su momento una indemnización de 100.000 euros, cifra que ha quedado acreditada que salió de sus cuentas bancarias.
El cura ejercía su ministerio en la parroquia de San José Obrero de San Juan de Aznalfarache y tras estallar el escándalo, el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, firmó un decreto apartándole de su oficio pastoral y suspendiéndole de su ministerio, al tiempo que incoaba un proceso canónico cuyas actas serán enviadas a la Santa Sede para su decisión definitiva. El Arzobispado informó de que tan pronto como Juan José Asenjo "tuvo noticia fidedigna de la sustancia de los hechos, tuvo una entrevista con el sacerdote", quien decidió dos días después abandonar la parroquia de forma espontánea.
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