Una joya laboral aislada

El coche es el único modo seguro de llegar al PISA, pese a su cercanía al Metro Sólo falta una pasarela de 100 metros que vale 800.000 euros

El monolito, en el centro del parque empresarial, en el que se ha colocado una pancarta conmemorativa de los 25 años del espacio productivo.
El monolito, en el centro del parque empresarial, en el que se ha colocado una pancarta conmemorativa de los 25 años del espacio productivo.
T. Perdiguero

10 de noviembre 2013 - 05:01

El que es el principal parque empresarial del Aljarafe, con 700 empresas y más de 10.000 trabajadores, es uno de los pocos espacios productivos del área metropolitana de Sevilla que tiene una parada del Metro, que pasa por Sevilla y llega hasta Dos Hermanas, a un tiro de piedra, pero con la tremenda paradoja de que no le sirve. De nada. Porque el PISA sigue siendo una "isla", en palabras del presidente de la comunidad de propietarios, Enrique Barbasán, a la que no se puede acceder de otra forma que no sea en coche. Por la rotonda de entrada pasan más de 30.000 vehículos al día.

Desde hace años, está en la cartera de la Administración andaluza la mejora de los accesos, que pasaba, inicialmente, por la construcción de una pasarela peatonal y ciclista que salvara la autovía de Mairena y permitiera ir a pie desde el Metro al parque empresarial. También por unos túneles de salida, soterrados, desde el PISA hasta la dirección Sevilla de la autovía para evitar las tremendas colas y los atascos en la salida y entrada del parque en hora punta. Por la rotonda pasan hasta 30.000 vehículos diarios. Pero se han demorado en el tiempo, con promesas sucesivas que han quedado en nada, ante la desesperación de usuarios y los gestores del parque. La crisis y la falta de liquidez han hecho el resto.

Según recuerda el presidente, colocar una estructura prefabricada, como las que pueden verse en muchos puntos de la SE-30, costaría apenas 800.000 euros, una nimiedad si se tienen en cuenta los dineros que en los años de bonanza han ido a parar a infraestructuras públicas, en algún caso incluso en enclaves menos concurridos que este de Mairena del Aljarafe. Pero no ha llegado. La última promesa de la delegada territorial de la Consejería de Fomento y Vivienda, Granada Santos, fue que se intentaría incluir la pasarela dentro del Plan Andaluz de la Bicicleta, la apuesta en materia de movilidad urbana de IU, socio del PSOE en el Gobierno andaluz.

Pero la paradoja de que esa pasarela no exista sólo se valora en su justa dimensión cuando, desde la entrada del PISA se ve a lo lejos la rampa del también frustrado intercambiador de transportes, junto a las torres y detrás del centro comercial Metromar, de la que debía partir el puente. Son poco más de cien metros, cruzados por cuatro carriles y la mediana de una autovía en la que es imposible otro sistema que garantice la seguridad de los peatones, como pasos de cebra o semáforos. Está tan cerca que, de vez en cuando, hay quien se juega la vida, saltando quitamiedos y esquivando vehículos para salir o entrar a pie en el parque. También costó en su día que el autobús entrara dentro del PISA.

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